El paseo marítimo de As Catedrais: un peligro

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

José Alonso

La pasarela de madera que une Barreiros y Ribadeo presenta tramos descuidados y de riesgo

07 jun 2019 . Actualizado a las 21:46 h.

Con lluvia o sol, marea alta o baja, los autobuses no dejan de llegar a la playa de As Catedrais, en Ribadeo. Este martes a las cuatro de la tarde había varios, de los que bajaron grupos de turistas extranjeros. Decenas de ellos, alemanes, se decantaron por pasear por la pasarela peatonal de madera que une la playa de Arealonga, en Barreiros, con As Catedrais, en Ribadeo. Es un trayecto agradable que se hace habitualmente. A medio camino, entrando ya en Barreiros, se reunieron en un mirador. Otearon el Cantábrico y uno de ellos, solo con apoyarse, comenzó a mover la barandilla de madera, un instrumento que en este caso poco tiene de protección, más bien al contrario, pues de confiarse uno puede llevarse un buen susto. Con un leve movimiento la valla empezó a balancearse, propiciando las primeras risas de incredulidad. A unos metros, al otro lado de la pasarela, otro siguió su ejemplo, con cierta perplejidad. Tras unos comentarios supuestamente jocosos, siguieron su camino.

«Va a entrar usted en una senda de uso recomendado», se lee en el cartel ubicado al comienzo del paseo, en la playa de As Catedrais. Pero la recorrido conlleva en algunos puntos cierto riesgo. En otros, singularmente en la zona de Barreiros, la maleza lo invade y hay tablas rotas (otras han sido sustituidas). A medio camino, al pie de un acantilado, se observa un desprendimiento que evidencia la fragilidad del terreno.

La senda la construyó Costas, pero la responsabilidad del mantenimiento, una vez recibida la obra, corresponde a los ayuntamientos, en este caso a Barreiros y Ribadeo. Es la letra pequeña de la mayoría de los contratos de las grandes obras que ejecutó Costas en los últimos años por toda A Mariña, en Ribadeo, sin ir más lejos, el ascensor panorámico o el área etnográfica de O Cargadeiro.

Lo que ocurre es que para los ayuntamientos el mantenimiento supone un coste imprevisto y a veces elevado. Por eso a menudo apelan a la benevolencia Costas, en cuyo presupuesto cada año se habilitan partidas para estas tareas que, en principio, no le corresponderían.

El alcalde ribadense, Fernando Suárez, ordenó estos días a personal municipal que revisase el estado del paseo y ayer recordaba que periódicamente se hacen tareas de mantenimiento, sustituyendo tablones. Desbrozar entraña más dificultad, dice, por haber especies protegidas que justificaron que se hiciese el paseo de madera elevado.

En el tramo de Barreiros será una de las medidas que correspondería tomar a la, previsiblemente, futura alcaldesa, la nacionalista Ana Ermida.