El «Pequeño Nicolás» podría ir siete años a la cárcel por su intento de estafa en Ribadeo

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

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La Fiscalía ha formulado finalmente su acusación, dando paso al juicio en Madrid en el que deberán declarar varios ribadenses

19 nov 2016 . Actualizado a las 14:12 h.

El 13 de agosto de 2014 es una fecha que Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el «Pequeño Nicolás»  no olvidará. Ese día viajó a Ribadeo para cerrar los últimos flecos de un acuerdo con Jorge Cosmen, presidente de Alsa, que según consta en el sumario de la causa pretendía sellar esa misma semana ante notario en Marbella. Pero algo falló y comenzó su caída, donde menos lo esperaba. A Francisco Nicolás le espera ahora un calvario judicial con la seria amenaza de acabar en la cárcel, por la supuesta estafa que intentó consumar en Ribadeo. La villa ribadense adquiere así, finalmente, un carácter de la máxima relevancia en todas las peripecias atribuidas al Pequeño Nicolás y este episodio puede propiciar que finalmente acabe en la cárcel.

Es así porque el fiscal Alfonso San Román ha solicitado para él siete años de prisión y una multa de 81.000 euros por los delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho activo. Presentó su escrito de acusación el pasado viernes, en el juzgado de instrucción número 2 de Madrid, desbloqueando así el procedimiento, avalando los argumentos del juez Arturo Zamarriego, que instruyó una causa que ahora pasará a la Audiencia Provincial de Madrid para que se inicie el juicio oral. Inicialmente, la fiscalía no había calificado esta pieza y no había formulado acusación al considerar que existían deficiencias en la instrucción. Al final, aclaradas éstas, sí lo ha hecho. Y además de acusar al Pequeño Nicolás también pide penas de prisión de cinco años y medio para los policías Jorge González Hormigos y Carlos Pérez López-Dávila, como cómplices del sainete que montaron en Ribadeo, para su comida en el Restaurante San Miguel, donde pretendían consumar el engaño al empresario asturiano.

La historia es conocida: Francisco Nicolás Gómez Iglesias se presentó en Ribadeo como enlace entre el Gobierno y la Casa Real con un amplio dispositivo de seguridad, tras hacer una reserva para tres comensales en el Restaurante San Miguel, uno de los cuales sería el rey Felipe VI, según el informe de la comisión judicial que investigó el caso. Llegó a Ribadeo con cuatro coches (A6, A8, BMW7 y C5) una puesta en escena cuidada hasta el mínimo detalle, desde la vestimenta del personal que formaba parte de la comitiva hasta los pinganillos apagados que lucían, placas falsas o la documentación que distraídamente mostraba, obtenida en Internet pero con anotaciones y subrayados que le daban cierta verosimilitud. ¿Su objetivo? Según la comisión judicial:  «Todo parece indicar que lo que Francisco Nicolás pretendía obtener del empresario era un acuerdo para actuar como facilitador, conseguidor y enlace entre él y los órganos a los que decía representar para ayudarle en sus negocios. Todo ello, es de suponer, se llevaría a cabo bajo pago de comisiones ya que, cómo si no, se puede entender todo el empeño y esfuerzo que puso en captar y llamar la atención del empresario».

Y así se fraguó una trama en la que casi todos picaron; desde el alcalde de Ribadeo, que acudió a saludarlo; hasta el jefe de la Policía local, que lo escoltó; el Club Náutico, que le entregó un obsequio, y el jefe de Puertos de Lugo, quien accedió a reservar las plazas de aparcamiento que había solicitado la comitiva. Solo el comandante accidental de la Guardia Civil de Ribadeo se negó a participar, porque la escolta no había sido solicitada por los conductos oficiales.

Finalmente fue descubierto, por las suspicacias que generó en Jorge Cosmen, que decidió llamar a María Pico, jefa del gabinete de Vicepresidencia del Gobierno, y a Javier Ayuso, Jefe de Comunicación de Casa Real, para saber si el Pequeño Nicolás era quien decía, y por la repercusión mediática que tuvo el caso de Ribadeo.

Con la apertura del juicio es más que probable que deban desplazarse a Madrid a participar como testigos muchos de los ribadense que ya testificaron ante la comisión judicial, desde el propietario y personal del restaurante al alcalde al presidente del Real Club Náutico de Ribadeo o el sargento de la policía local.