Una avería de su furgoneta dejó un día en Ourol al carpintero francés Sebastien Leprévost y decidió quedarse, siendo ahora autónomo y con un proyecto de casas sobre ruedas o «tiny houses»
03 jun 2024 . Actualizado a las 22:44 h.El olor a madera recién cortada me trae recuerdos familiares muy hondos, por ser nieta de carpintero, del que conservo el lápiz plano rojo que llevaba sobre la oreja. El mismo oficio que le da la vida laboral y personal al francés Sebastien Leprévost. En un rincón de Ourol, concretamente en Xerdiz, tiene su taller donde vive del fruto de su trabajo y que, al mismo tiempo, le apasiona. Casi parece un lujo en los tiempos que corren que se pueda crear tiempo de afición y laboral a la par, sin que separen como dos gemelos al nacer. Que sean un mismo momento, dedicado a la libertad de crear simplemente algo que proviene de la naturaleza y a la que el hombre le da forma, para que tenga un uso específico y práctico, aparte de ser bello.
«Con 37 años tenía ansias de viajar y conocer lugares desconocidos como el norte de España y Portugal para llegar a África»
Es originario de una ciudad de Normandía, «donde mataron a Juana de Arco», matiza. Nació en Ruan, en 1981. Cuando se le pregunta a qué edad supo que quería ser carpintero, responde de inmediato: «A los siete años». Realmente expresaba que quería ser Tarzán, pero que primero tenía que construir la cabaña. En su familia, aunque su bisabuelo Edmund se había dedicado al oficio, buscaban otra vía de futuro para él: «Aunque yo quería tocar madera, después de secundaria me dijeron que ‘no, que yo tenía nivel para hacer otras cosas y que la madera ya la tocaría después’ y al final me obligaron a escoger una rama técnica de ingeniería civil, pero no me gustó nada, paré y volví a un FP. Hice seis años de especialidad de carpintero-ebanista, en Francia». Allá también se ocupó de otros trabajos relacionados con obra y construcción, relata, pero llegando a Galicia volvió a tomar el contacto íntegro con la tradición carpintera, a la que han hecho mella tendencias como las de Ikea, percibe el profesional ourolense.
Voluntariado con Workaway
«Con 37 años tenía ansias de viajar y conocer lugares desconocidos como el norte de España y Portugal para llegar a África», recuerda. Entró en la plataforma de voluntariado Workaway (que es también pieza del puzzle del proyecto AlasRaíces que comparte con su pareja) y a través de la cuál están llegando extranjeros a Ourol. «Cuando llegué aquí sentí una atracción porque es una zona norte más auténtica, por las tradiciones», señala Sebastien. El destino le trajo, averiándose su furgoneta justo en Vilachá. Y decidió quedarse a vivir aquí. Era enero de 2019 y conoció a Cristina cuando ella hacía una ruta para conocer proyectos rurales.
Ya como autónomo, empezó a trabajar con otro ritmo y con un sueldo al mes. «Me adapto a lo que me pida el cliente», señala, especificando: «Hago puertas y ventanas, estructuras, porches y todo lo que es rehabilitación interior, en un piso o en una casa. Me encuentro más cómodo con la fabricación». Leprévost también realiza muebles, a medida. Con respecto a la demanda actual del tipo Ikea, señala: «Entiendo esta sociedad que se va abaratando, es normal, pero yo lucho porque se use y trabaje con la madera maciza porque lo otro, el concepto de usar y tirar, no es algo sostenible».
Tiene un proyecto en mente de fabricación de «tiny houses»
Este año, aparte, está inmerso en un nuevo proyecto, de creación de casas pequeñas sobre ruedas. También conocido como tiny house: «Es algo que está empezando por aquí y que cada vez se ve más y más. Siempre tuve muchas ideas». Ya ha comenzado el diseño de planos. Son viviendas móviles que aportan, sobre todo, libertad de movimiento al inquilino. Comenta Cristina: «Unha voluntaria nosa, rapaza francesa, veu quince días e gustoulle tanto esta zona que trouxo a súa casa con rodas de Francia a Ortigueira».
Otro tema clave: el futuro del oficio carpintero-ebanista. «Hay mucho interés _dice él_ de gente que ya tiene su oficio». Así, gracias a un convenio con FP en Vigo, contó con un arquitecto que pasó varios meses aprendiendo con él en AlasRaíces. También imparte cursos y actividades, como un taller que se enmarcó dentro de la agenda de Turismo Slow de la Mancomunidade de Concellos da Mariña, ofrecido como experiencia en el año 2023.