Renuncia a trabajar cobrando mucho en Alemania por un chiringuito en O Vicedo

Lucía Rey
lucía rey O VICEDO / LA VOZ

O VICEDO

Diego Lage, en imagen, dirige este verano en Xilloi junto a su pareja, Azucena Rolle, una plantilla formada por 14 personas
Diego Lage, en imagen, dirige este verano en Xilloi junto a su pareja, Azucena Rolle, una plantilla formada por 14 personas Xaime Ramallal

Diego Lage y Azucena Rolle llevan 11 veranos en Xilloi al frente de Los Árboles

09 ago 2023 . Actualizado a las 22:01 h.

Durante años, Diego Lage vivió casi pegado al avión y al coche trabajando en parques eólicos marinos de España, Francia, Holanda y, sobre todo, Alemania. Una época buena en la que este técnico de Formación Profesional natural de O Vicedo ganaba mucho dinero, pero a la que renunció por amor. Por amor a su novia, Azucena Rolle, y por amor a su tierra, O Vicedo, donde la pareja lleva once veranos al frente de Los Árboles, uno de los chiringuitos más apreciados de A Mariña y que está situado en la playa de Xilloi. «O máis fácil para nós era marchar de aquí, como fixo boa parte da xente da nosa xeración. Eu son técnico e ela é mestra, e noutro sitio sería fácil atopar traballo. Pero a calidade de vida que hai no Vicedo, e a paz que queda no inverno, non a hai en ningún outro sitio, e decidimos quedar. Eu traballara xa no chiringuito, a posibilidade de coller o traspaso foi repentina e botámonos para diante aínda que ó principio foi moi complicado porque non tiñamos experiencia. Pero foi todo ben e ano tras ano fomos medrando», relata con una sonrisa franca el hostelero, que día tras día traslada con gran éxito a su negocio un trato agradable y familiar que es muy apreciado por los clientes. Tanto por los locales por como los forasteros.

«A nosa especialidade son as tixolas de calamares, chipiróns encebolados, raxo ou berberechos», Diego Lage, dueño de Los Árboles

Admiten mascotas

«Temos moitos clientes do Vicedo, de Viveiro, de Lugo..., e moita xente que leva anos veraneando aquí. Nenos que viñan no carriño e agora teñen nove ou dez anos xa», completa sobre un chiringuito que admite mascotas.

Las colas en el chiringuito, situado junto a la playa vicedense de Xilloi, son habituales
Las colas en el chiringuito, situado junto a la playa vicedense de Xilloi, son habituales Xaime Ramallal

Este verano forman parte de la plantilla 14 personas; en su mayoría de O Vicedo y alrededores. Ofrecen servicio de comidas a mediodía, entre las 13.00 y las 17.00 horas. «Ás dez da noite pechamos», añade Lage sobre un negocio que abre cada año en Semana Santa y cierra en septiembre, coincidiendo con el comienzo del curso escolar.

Azucena se encarga de dirigir el trabajo en una cocina en la que se preparan a diario exquisitas sartenes de calamares, chipirones encebollados, raxo, raxo a la pimienta o berberechos, entre otros. «Hai moito máis turista que cando empezamos, e cada vez vén máis estranxeiro», apunta. En relación con las dificultades, Diego y Azucena resaltan que cada vez es más complicado encontrar personal. También la imparable escalada de precios de alimentos y suministros como el gas o la electricidad. Y dan solo un ejemplo: «O quilo de calamares pasou de valer 11,50 euros a 17,50. O incremento é unha barbaridade».