Juzgado el presunto autor de un delito de abuso sexual por besar a una compañera de clase tras un forcejeo

André Siso Zapata
André S. Zapata LUGO / LA VOZ

O VICEDO

Edificio de los juzgados de Lugo, en la Plaza de Avilés
Edificio de los juzgados de Lugo, en la Plaza de Avilés ALBERTO LÓPEZ

Los hechos sucedieron en el municipio de O Vicedo en noviembre del 2017

04 dic 2020 . Actualizado a las 09:33 h.

Este martes se ha celebrado el juicio en el que la Fiscal acusa a un hombre de O Vicedo de abusar sexualmente de una compañera de clase, ambos de alrededor de cincuenta años de edad, en el mes de noviembre del 2017. Según el auto, el acusado abusó de la víctima, una mujer, durante una clase del curso de carpintería al que ambos asistían. El hombre, según la acusación, avisó a la víctima de que le iba «a dar un morreo». Ella, que se lo tomó en tono de broma, respondió con un «a que no tienes huevos». Tras varios intentos, en los que la mujer opuso resistencia, el acusado terminó en el suelo, sobre ella, y le agarró las manos, impidiéndole protegerse. Fue entonces cuando le dio un beso en la boca, estando encima de ella, en el suelo de la clase, con todos sus compañeros presenciando la escena. 

Tras este suceso, la víctima le retiró la palabra al acusado. Incluso dejaron de desplazarse juntos hasta el centro educativo, ya que solían ir en el coche de ella, cada uno desde su domicilio. La mujer no denunció los hechos en un primer momento, ya que quería «dejarlo pasar», porque «era un vecino y no quería crearle problemas», según ella misma. Sin embargo, unas semanas después, el acusado se personó en la vivienda de la mujer, golpeando la puerta y exigiendo que le abriera, mientras le gritaba «si no me abres, te vas a enterar», según la víctima. Entonces, ella decidió llamar a un amigo, guardia civil, para pedirle ayuda. Pocos minutos después, una patrulla acudió al lugar y se llevó al hombre de allí. Fue entonces cuando la mujer se animó a denunciar, gracias al consejo de su amigo, que había acudido a llevarse al acusado. 

El hombre, por su parte, se declara inocente del cargo que se le imputa, que podría suponer una pena de dos años de prisión. Según su versión, el beso se correspondió a un «juego» al que la mujer le había «retado», y en el que ella «participó activamente». Su defensa argumenta que ambos terminaron en el suelo por una caída accidental, en ningún caso provocada por el acusado, y en un contexto de consentimiento mutuo. 

Varios testigos fueron citados, entre ellos varios compañeros de clase. Sus relatos fueron similares, ya que dijeron que no le habían prestado mucha atención al acontecimiento en su momento, pero luego vieron la magnitud tras observar la reacción de la mujer y su distanciamiento del acusado los días sucesivos al de los hechos.

El juicio terminó sin acuerdo y quedó visto para sentencia