Un muro en O Vicedo con más de 100 banderas que recuerdan casi una vida

Lucía Rey
lucía rey O VICEDO / LA VOZ

O VICEDO

Capitán jubilado de la marina mercante, José Montero muestra con su bastón las banderas que decoran el muro de su finca, ubicada en una fábrica de salazón que data de1799
Capitán jubilado de la marina mercante, José Montero muestra con su bastón las banderas que decoran el muro de su finca, ubicada en una fábrica de salazón que data de1799 PEPA LOSADA

José Montero, de 90 años, pintó las enseñas en una antigua fábrica de salazón

08 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«En China estiven moito, en Panamá moitísimas veces, en Cuba si, en Austria nunca estiven tampouco, nunca estiven na República Centroafricana, nos Estados Unidos vivín 30 anos, estiven en Honduras, estiven en Italia moitas veces, estiven en Australia traballando nunha explotación petroleira, nunca estiven en Siria e en Lituania, pero estiven moitas veces en Angola; nunca estiven en Madagascar ni en Haití, pero si na República Dominicana...». José Montero Sánchez (O Vicedo, 1929) hace gala de una memoria prodigiosa mientras va señalando y reconociendo con su bastón una a una las más de 80 banderas de países que él mismo ha pintando para decorar el muro que rodea la finca de su casa: una antigua fábrica de salazón que data de 1799 y que se sitúa a la entrada del puerto vicedense. El muro llama la atención de quienes lo ven porque dan al lugar un toque internacional, aunque este capitán de la marina mercante jubilado no lo vea así. «Isto non ten mérito ningún. A xente facíalle máis caso ao muro antes, cando tiña uns garabatos pintados sobre o Vicedo, que agora», comenta el hombre, que pintó las banderas hace 18 años.

Este verano las retocó una a una

Cada varios años las retoca una a una con su pincel. A punto de cumplir 91 años -lo hará el próximo 6 de octubre-, dos de sus nietas, Sofía y Lisa, de 23 y 20 años y que viven habitualmente en Estados Unidos, le habían dicho a su abuelo que este verano serían ellas las que repasasen las banderas. Pero el coronavirus lo impidió. «Ás netas gústalles moito o debuxo e a pintura, e encántalles O Vicedo, pero este ano non puideron vir», comenta el hombre, que invirtió parte del verano en colorear de nuevo las banderas. Tanto las de los países como las del código marítimo internacional, alrededor de una veintena, que recuerdan su pasado marinero, en el que navegó por todo el planeta.