Análisis: O Valadouro, ingobernable

O VALADOURO

Edmundo Maseda, alcalde de O Valadouro
Edmundo Maseda, alcalde de O Valadouro PEPA LOSADA

Fina Geada deja el PSdeG y el bipartito se queda en minoría, incapaz de sacar adelante los presupuestos

24 nov 2021 . Actualizado a las 21:37 h.

La votación de los presupuestos, el pasado martes, evidenció la convulsa situación política en O Valadouro, que se antoja de difícil salida. PP, Udival y la edil Fina Geada -que ayer solicitó su baja en la agrupación local del PSdeG- votaron en contra de la propuesta acordada por PSOE y BNG, cuya aprobación era considerada clave por el ejecutivo porque las anteriores cuentas fueron prorrogadas desde 2017. Socialistas y nacionalistas firmaron en julio un pacto de coalición que les aseguraba la mayoría absoluta, pero la realidad es que hoy gobiernan en minoría.

PSdeG y BNG lamentan que al no aprobarse los presupuestos, de «mínimos» y presentados «con premura para estar listos antes de final de ano», se paraliza la tramitación de proyectos como el centro de día, cuyas obras están prácticamente acabadas, según precisa el ejecutivo local. La propuesta de cuentas municipales tumbada por la oposición incluía una partida de 20.000 euros para avanzar en esta dotación. El servicio es la materia pendiente del gobierno valadourense para la legislatura.

En el pleno extraordinario, la oposición basó su rechazo en la «falta de consenso» a la hora de elaborar los presupuestos, tacha en la que coincidieron PP, Udival y Geada, que había manifestado en anteriores ocasiones que pese a su distanciamiento del PSdeG facilitaría la aprobación de las cuentas municipales.

La votación muestra la frágil posición del gobierno local. Con cinco actas -tres del PSdeG y dos del BNG-, necesitará del sí de Udival -con una-, de la en adelante concejala no adscrita o del Partido Popular -que tiene cuatro- para sacar adelante sus iniciativas. Una situación que no tendría por qué imposibilitar la gobernabilidad, si no fuera porque la animadversión entre algunas fuerzas -incluso entre concejales- complica el puzzle.

Geada, que fue durante décadas funcionaria municipal, fue culpada por el BNG de la ruptura de un primer intento de bipartito, al inicio de la legislatura, que fracasó por discrepancias alrededor de las retribuciones de gobierno. La entonces edil socialista se defendió aludiendo a que los representantes del Bloque habían negociado el acuerdo «en función dos seus propios intereses e non dos dos veciños».

Geada y PSdeG se distanciaron desde el verano, tras el pacto firmado con los nacionalistas. Su hija, María, entregó antes el acta de edil a la formación socialista, por el mismo motivo. En septiembre, Fina acusó al alcalde, el socialista Emundo Maseda, de «apartarme» de las negociaciones de la coalición, y tumbó los salarios del gobierno valadourense: finalmente, el sueldo del regidor fue aprobado el pasado 15 de octubre, casi a mitad de la legislatura. Los concejales del BNG quedaron sin retribución.

En los plenos también es evidente la falta de sintonía entre Maseda y la representante de Udival, María José Fernández, que entre 2013 y 2015 gobernaron O Valadouro en coalición, al frente de sus respectivas formaciones. Desbancaron entonces con una moción de censura apoyada por el Bloque al ejecutivo municipal del PP, que lideraba José Manuel Lamela, actual portavoz de los conservadores.

El alcalde se quejó en el pleno del «xogo de bloqueo» de la oposición, a la que reclamó «responsabilidade». El portavoz de los nacionalistas, Eduardo Chao, admitió que la situación es «esperpéntica» y afeó tanto la actitud de la «concelleira díscola do PSdeG, que di unha cousa e logo vota outra prexudicando aos veciños», como la del PP, que «non presenta mocións e só pon atrancos», resalta. Lamela, por contra, exigió que «conten con nós» para consensuar las iniciativas.

Lo que falta de legislatura se presume en O Valadouro todavía más convulso que los dos primeros ejercicios del mandato.