«Antes da crise do 2008 non había tan mal calzado como se ve agora»

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO MONDOÑEDO / LA VOZ

MONDOÑEDO

Sandro Sordo tiene su taller en la céntrica calle Lence Santar, en la ciudad episcopal
Sandro Sordo tiene su taller en la céntrica calle Lence Santar, en la ciudad episcopal PEPA LOSADA

El mindoniense Sandro Sordo es el vicepresidente de la Asociación Galega de Artesáns do Calzado

13 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Sandro Sordo Caselas (Mondoñedo, 1977) es el vicepresidente de la recientemente constituida Asociación Galega de Artesáns do Calzado (AGAC). En su taller de Mondoñedo, donde atiende a vecinos del municipio y de concellos limítrofes, se dedica profesionalmente a la reparación de calzado a nivel artesanal. A este oficio le ha entregado los últimos 27 años, un período importante que le permite analizar los cambios que ha vivido el gremio y los retos de futuro. Apunta, precisamente, que la asociación se creó para unir más a los socios y ayudarles a actualizarse, para darle mayor visibilidad a la profesión y para compartir toda la información relativa al sector, sobre nuevas técnicas, cambios de procesos...

Desde su constitución han realizado, entre otras actividades, un curso en Cangas do Morrazo. «Cada vez traballamos con materiais máis complicados e por iso é moi importante que a xente se vaia actualizando», explica Sandro, que indica que uno de los objetivos del colectivo es ofrecer cursos de formación: «Estivemos facendo enquisas para pulsar as necesidades do sector e saber como enfocar as actividades». También les gustaría tener un sello de calidad y lanzar campañas de promoción dirigidas a la ciudadanía.

El oficio de Sandro Sordo ha sufrido importantes cambios. «Cada vez imos quedando menos profesionais no mundo da reparación do calzado e, a pesares diso, non notamos que teñamos máis traballo. Agora moita xente vai ao cómodo, a usar e tirar, e listo», reconoce el profesional, que ve necesario hacer reflexionar al ciudadano sobre la importancia para su salud de llevar calzado de calidad: «Hai xente moi concienciada que inviste en calzado de calidade, de pel, e que o coida, e outra que se guía máis polas tendencias, e compra e tira».

Más mujeres

Su clientela es muy variada, si bien la gente mayor o de mediana edad es la que más acude a su negocio a arreglar zapatos, botas, botines... «En Mondoñedo hai bastante costume de reparar calzado. Cando eu empecei había catro zapateiros», rememora.

Como en otros sectores ligados a la moda, la mayor parte de su clientela son mujeres. Indica que  «xa non só a nivel local senón xeral, a situación económica tamén lle afectou e afecta ao gremio, sobre todo polo tipo de artigos que se consumen. Antes da crise do 2008 non había tan mal calzado como se ve agora. A nosa actividade era antes basicamente a de cambiar tapas, suelas... Agora, pegar, é o que máis. De todos xeitos, en España aínda se segue fabricando calzado de calidade, pero tamén se ve que se priman moito os beneficios sobre a calidade».

Como dato positivo —apunta—, el mundo del deporte y sus aficionados le dieron en los últimos años un empujón a su profesión. Cada vez son más los deportistas que acuden a su tienda para cambiar suelas de calzado deportivo, de montaña... : «Pódese arranxar todo». Además de a los arreglos, a él le gusta asesorar a la clientela, «porque non todo o calzado compensa arreglalo. A miña filosofía é apostar pola calidade. Se quero que un cliente repita teño que prestarlle un bo servizo e darlle garantías do meu traballo».

Empezó en el oficio con 18 años. Lo aprendió de un zapatero de Foz con el que estuvo durante nueve meses. Él le aportó las primeras nociones que asentaron el desarrollo de su carrera. La experiencia y la formación —entre otros, asistió hace 12 años a un curso en Elda de zapatos a medida— le permiten ratificar: «Encántame o meu traballo». Recuerda que inició su actividad con una máquina de coser que ya había empleado otro zapatero mindoniense y con los años ha ido sumando otras: «No 2021 aínda fixen unha boa compra».