La Iglesia del norte de Galicia afronta el futuro con solo 20 seminaristas

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

MONDOÑEDO

PACO RODRÍGUEZ

600 curas «mayores» se reparten las diócesis de Santiago y Mondoñedo

27 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un folleto repartido el mes pasado durante una misa dominical esconde unos datos que hacen pensar en tiempos muy duros para la Iglesia. Editado por la archidiócesis de Santiago, el documento de 12 página recoge una especie de memoria del año 2020, con la cuadratura de las cuentas entre ingresos y gastos (cerca de 19 millones de euros), o un repaso de los centros que gestiona la propia Iglesia al margen de los templos religiosos. Pero hay tres datos que, puestos en conjunto, dibujan un futuro complicado para la labor pastoral de la Iglesia en la diócesis compostelana, fronteriza con Ferrol y la ría de Vigo. Tiene 1.071 parroquias, atendidas por 485 sacerdotes (algunos de ellos ya jubilados), y figuran 16 seminaristas, si bien la cifra actual asciende a 20, un relevo generacional que muestra una fractura social con la Iglesia. En la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, la que cubre la otra parte de la provincia de A Coruña, el número de sacerdotes apenas llega a los 110. Aquí solo hay dos seminaristas, que realizan sus estudios en Santiago, si bien mantienen sus tutorías y reuniones con el rector del seminario de Mondoñedo.

Esta situación constriñe cada vez más el tiempo de los sacerdotes para atender a todas sus parroquias, cada vez más en menos manos. Desde el Arzobispado han puesto unos límites, sabedores que son humanos los que predican la Palabra de Dios. «De lunes a sábado pueden oficiar dos misas, y los domingos, tres, a los que tienen más parroquias ya les decimos que no tienen obligación, pero es cierto que hay casos sangrantes, con curas que llegan a dar siete misas», explica el vicario de Arzobispado, José Antonio Seoane. «No podemos hacer una maratón de misas los domingos, los feligreses también piden pausa, conversación, es necesario comunicar con reposo y calma», añade el vicario que, además de sus deberes propios del cargo, acostumbra a acudir a parroquias que temporalmente se encuentran sin párroco. «Estos días me toca atender ocho iglesias de Boimorto porque se murió el cura», indica Seoane.

Un termómetro de la sociedad

Cuando Carlos Gómez era seminarista en Mondoñedo, tenía alrededor de 90 compañeros. Hoy es párroco de Santa Rita de Xuvia, en Narón, y conoce muy bien la realidad del seminario ya que también ha sido profesor y rector. «El descenso en el número de candidatos a sacerdotes es un termómetro de la situación, pero no es algo exclusivo de Galicia o España, el proceso de secularización también se repite por Centro Europa», indica el religioso. Sobre los 110 curas de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, «la media de edad es de 70 y pico». Gómez señala otra consecuencia muy negativa por la falta de vocaciones. «Al ser menos curas, tendremos que unificar las celebraciones en núcleos concretos, y eso supondrá problemas de mantenimiento en iglesias y capillas, que permanecerán cerradas. Cualquier iglesia con más de cien años es un bien de interés cultural, Patrimonio podría acumular muchos expedientes», vaticina el párroco de Xuvia.

santiago pérez (párroco de Betanzos)

«Voy a pasar a la historia de Betanzos como el párroco que ha suprimido misas»

Santiago Pérez (A Coruña, 1973) está cada vez más solo en su cargo de párroco de Betanzos. Cuando llegó en el 2013 contaba con el apoyo de dos viejos sacerdotes, lo que le permitía desarrollar una labor pastoral más dinámica. Pero uno de aquellos ayudantes murió y el otro descansa de sus compromisos con más de 90 años. Así, magníficos templos del Gótico gallego como la iglesia de Santa María del Azogue sí se han abierto al turismo durante el verano, pero no para celebraciones. Por otro lado, un sacerdote tiene más misas que parroquias, en el caso de Betanzos a través de entidades como el asilo, el centro Pai Menni o el convento de las Agustinas. Recientemente, el traslado del párroco de Requián y Piadela ha incrementado el trabajo de Santiago Pérez, quien se apoya, para poder gestionarlo todo, en los curas de Coirós, Aranga e Irixoa. Ahora intenta hacer malabarismos con su agenda para atender las dos nuevas parroquias. «Entiendo el malestar de algunos vecinos, pero no se pueden hacer guerras por falta de misas, en otras parroquias doy una al mes, sé que voy a pasar a la historia de Betanzos como el párroco que ha suprimido misas», se resigna Pérez. «Tenemos que salir del ámbito de la iglesia, del templo parroquial, y acudir a otros templos porque es imposible atender bien a todos, muchos de mis parroquianos van a misa en coche, ¿qué más les da desplazarse a otra iglesia?».

AINHOA CONDE

Desiré douakou (párroco de Cee y corcubión)

«Tampoco hay relevo generacional entre los feligreses, los jóvenes no vienen»

Tras formarse en Comillas, Desiré Kouakou (Costa de Marfil, 1972), cambió el mundo académico por la misión en Burkina Faso durante 5 años. En el 2005 visitó Galicia «para un tiempo» y finalmente se ha quedado para siempre. Lleva siete parroquias con epicentro en Cee y Corcubión, y es de los que «incumple» la recomendación diocesana de tres misas los domingos. «Pero hay que saber la problemática, si no atiendes sus parroquias, los vecinos se levantan, y es cierto que al final acabamos agotados el fin de semana», dice entre risas, su seña de identidad. Se considera afortunado porque todas sus iglesias están cerca entre sí, «la más lejana está en Buxantes, en el municipio de Dumbría». «Pero hay que negociar con la gente, explicarles que no podemos llegar a todos los sitios a la hora que les va mejor, por la semana no hay problema para encontrar un sustituto, pero los fines de semana...». ¿Cómo imagina la situación de las iglesias parroquiales dentro de 15 o 20 años? «Yo no creo que el problema sea la falta de curas, cuando la gente mayor muera, que son los que realmente van a misa, las parroquias cerrarán. Como Dios no suscite un milagro entre los jóvenes... porque tampoco hay relevo generacional entre los jóvenes», lanza Desiré Kouakou, de 48 años. «El Cristianismo se ha quedado como algo cultural, se hace el bautismo, la comunión, pero como ritos heredados, no hay un compromiso con la fe».

Luis Rodríguez Patiño durante la misa que ofició para pedir que arreglasen una carretera
Luis Rodríguez Patiño durante la misa que ofició para pedir que arreglasen una carretera ALBERTO LÓPEZ

Luis Rodríguez Patiño celebra cinco misas dominicales en tres horas

Cada domingo, Luis Rodríguez Patiño recorre sus parroquias a ritmo de rali para celebrar las cinco misas que tiene comprometidas con sus parroquianos. Esta es la relación de horarios y distancias, que invitan a pensar en misas abreviadas. «A las 10.45 empiezo en Alto Xestoso, y a las 11.15 ya inicio la de Momán (a 6 kilómetros de la anterior). A las 11.45 celebro en Labrada-Guitiriz (a 4 kilómetros), y a las 12.30 me salgo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol para entrar en la de Santiago, para dar misa en Cambás (Aranga, a 7 kilómetros). Y acabo a las 13.00 horas en Val de Xestoso (a 4 kilómetros, de nuevo en la diócesis de Mondoñedo). Y no puedo hacer menos», resume. A ello hay que sumar su labor pastoral y la dirección de la UNED Sénior. Sobre la falta de vocaciones, Rodríguez Patiño señala que «no hay que rasgarse las vestiduras, antes había muchas familias con 10 hijos y hoy apenas con uno o ninguno, el cambio de 100 años es muy poco para la Historia». Recomienda seguir una pauta de la Conferencia Episcopal de Alemania. «Allí obligan a los curas a coger vacaciones, somos personas y también las necesitamos».