«He sido bendecido con una familia preciosa»

Rubén Amor

MONDOÑEDO

Diócesis de Mondoñedo-Ferrol

Crónica del episcopado de Luis Ángel de las Heras al frente de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol

03 nov 2020 . Actualizado a las 12:16 h.

Aquel 7 de mayo de 2016, día de su ordenación episcopal, recibíamos en nuestra diócesis de Mondoñedo-Ferrol al padre claretiano Luis Ángel de las Heras. Se trataba de un segoviano alto, joven (aún no había cumplido los 53), cercano, afable, con sempiterna sonrisa. En resumidas cuentas, a todo el mundo en seguida le cayó bien. Y más, teniendo en cuenta que estas tierras llevaban casi un año en sede vacante, casi un año sin pastor, y se esperaba, ya con cierta ansia, la llegada de un nuevo obispo.

Muy pronto, De las Heras comenzó a dejar su impronta en la manera de hacer las cosas, con un especial talante, una gran capacidad de trabajo, una dedicación sin límites, y grandes dotes comunicativas; pero, sobre todo, su esencia misionera, guiando a nuestra Iglesia particular siempre por ese camino de Misión, en la propuesta de una Iglesia en salida -tal y como siempre reclama el papa Francisco-, una Iglesia con una clara preferencia por los más vulnerables, los pobres, los marginados, los inmigrantes, los ancianos, los enfermos… Desde luego, todo un soplo de aire nuevo, no ya solo para nuestra diócesis, sino incluso (nos atreveríamos a decir) para toda nuestra provincia eclesiástica, la que conforman las cinco diócesis gallegas. Han pasado cuatro años y medio. Ciertamente, no es mucho tiempo. Con todo, podemos decir, sin temor alguno a equivocarnos, que se ha hecho mucho y se ha hecho bien. El «buque insignia», por así decir, de esta singladura episcopal es, sin duda, el Plan Diocesano de Unidades Pastorales, en el que se ha estado trabajando todos estos años y que se ha dado a conocer y se ha puesto en marcha en este año 2020. Ante las circunstancias que viene atravesando la vida pastoral en nuestra diócesis (aunque lamentablemente es un fenómeno que se ha generalizado en nuestro país), con el envejecimiento de la población, la despoblación de muchas zonas, la falta de vocaciones… se hacía imprescindible un plan para afrontar presente y futuro de la mejor manera y con ciertas garantías. Este Plan Diocesano reorganiza las actuales 422 parroquias del territorio en 24 unidades pastorales (UPA) con el objetivo temporal de que dicha reorganización esté completada en el plazo de diez años.

Debemos tener, además, presente que el pasado verano, quedaba constituido el Equipo de acompañamiento de este Plan, compuesto por tres sacerdotes, una religiosa y dos laicos. Dicho equipo será el encargado de todo el seguimiento e implementación del mismo, un camino ya irreversible. En el bagaje de este pontificado, hay que mencionar, igualmente, la significativa renovación que se produjo en los cargos de la curia, con el diseño de un nuevo organigrama en la organización de la pastoral. Todo ello, implementado tan solo un año después de la llegada del obispo claretiano a este territorio diocesano del norte de Galicia. Se mantuvo una vicaría general y se constituyeron dos vicarías de pastoral: la de Evangelización y la de Misión Misericordiosa y Samaritana. Y en ellas quedaron incluidas todas las delegaciones de pastoral así como los movimientos apostólicos. Esta organización de la pastoral en equipo se ha caracterizado por una dedicación y trabajo ejemplar -con constantes encuentros y puestas en común- por parte de todos (vicarios, delegados, tanto sacerdotes como laicos, religiosos) y un seguimiento exhaustivo por parte del mitrado, siempre con total disponibilidad para bajar a la arena y arremangarse.

Otro punto importante es la labor que ha desempeñado como obispo acompañante de las Cáritas gallegas. El 6 de abril de 2018, las Cáritas diocesanas recibían la Medalla del Parlamento de Galicia, reconociendo con esta distinción la labor desarrollada por ellas en el campo de la ayuda social. Y, entre los logros de estos años de trabajo, hay que destacar la federación de cuatro de las Cáritas gallegas, proyecto abanderado por nuestro obispo y ya aprobado en esas cuatro diócesis (Santiago, Mondoñedo-Ferrol, Tui-Vigo y Ourense) y que próximamente debe conseguir la aprobación por parte de la Conferencia Episcopal Española.

En otro ámbito de actuación, el pasado mes de julio, quedaba constituida en nuestra diócesis la Comisión Protege (comisión de protección y acompañamiento de menores y adultos vulnerables), con una laica como coordinadora y que, como tal, será también miembro del Servicio pastoral interdiocesano de atención a menores, personas vulnerables y sus familias, órgano de nueva creación de la Provincia Eclesiástica de Santiago. La creación de este Servicio pastoral interdiocesano responde al motu proprio del papa Francisco Vos estis lux mundi, (Vosotros sois la luz del mundo) de mayo de 2019, que establece procedimientos dirigidos a prevenir y combatir los delitos de abuso. Y, más cosas, aunque nos extendemos ya demasiado: la organización y celebración en 2019 de los 800 años de historia de la Catedral de Mondoñedo, con su exposición itinerante y su magnífico ciclo de conferencias, que será publicado en un número especial de Estudios Mindonienses; la visita pastoral (que se inició a finales de 2018 en el arciprestazgo de Ribadeo-Miranda y se vio interrumpida al decretarse el estado de alarma); la nueva fundación de una comunidad religiosa en nuestra diócesis, las Misioneras de Acción Parroquial, que realizan su labor en Vilalba; la formación permanente del clero realizada, ahora, de forma conjunta; el énfasis puesto por el P. Luis Ángel en realizar una buena comunicación (amable, positiva y transparente); la sensibilidad demostrada con todas las jornadas y actos relativos a los migrantes, como también hacia el cuidado de la creación… y, por supuesto, la ordenación diaconal que hemos tenido recientemente. La diócesis queda, desde luego, mejor preparada para afrontar el futuro próximo. El papa Francisco traslada a nuestro obispo a León. Seguro que allí lo valorarán con la misma estima que aquí lo hemos hecho, ya que van a recibir a un gran prelado y, sobre todo, a una gran persona. Nos hubiera gustado tenerlo más años con nosotros. Sin duda. En cualquier caso, la Santa Sede así lo ha dispuesto. Roma locuta, causa finita. ¡Muchas gracias, P. Luis Ángel! Rubén Amor, coordinador de comunicación Obispado de Mondoñedo-Ferrol.