Ayer tuvo lugar el acto de hermandad, en el día de las Pepitas aplazado en marzo, en la ciudad departamental
13 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.En 2004 titulábamos: «Mondoñedo y Ferrol se hermanan bajo el reto común de impulsar la Galicia norte». Y ahí comenzó su amistad más oficial. Aunque en tiempos del coronavirus el abrazo físico haya quedado «para otra ocasión», cuando la pandemia sea un día cosa del pasado, el «abrazo» de ambos como municipios hermanos se recordó ayer en la ciudad departamental a través de un acto que coincidió con la festividad local de las Pepitas, aplazada desde marzo por el covid y ahora con las medidas de protección y seguridad. El lugar fue el Centro Torrente Ballester.
Representando al Concello de Mondoñedo estaban la teniente de alcalde Elena Candia y el edil de Cultura Alberto García. Como siempre, hubo intercambio de regalos: de Ferrol, una placa conmemorativa de Ricardo Carvalho Calero y Concepción Arenal; de Mondoñedo, invitaciones para visitar la Cova de Rei Cintolo. «Queremos que tamén os nenos e nenas coñezan o achegamento entre os dous concellos e, por suposto, os nosos recursos naturais, ademais do noso patrimonio histórico e cultural», dijo Candia en la entrega que hizo, en parte, con destino a los escolares.
En su discurso, puso el énfasis en la situación actual, señalando que una hermandad «exemplifica o modelo indispensable para saír dunha crise sanitaria e económica tan importante coma a que estamos a vivir». «Os xestores públicos teñen que facer un esforzo por acertar», continuó. Habló de las graves secuelas del covid-19 recordando tanto a los fallecidos, como a los familiares y contagiados por coronavirus; a los profesionales socio-sanitarios por su «traballo constante»; a otros sectores esenciales también implicados en la lucha contra la pandemia; a los afectados por Erte y a los empleados más afectados por las medidas restrictivas. También los esfuerzos por arrancar «o curso escolar máis excepcional». Y sin olvidar ni Alcoa ni As Pontes.