Carlos Folgueira: «A mi padre no se le puede copiar»

MONDOÑEDO

PEPA LOSADA

El hijo del Rei das Tartas y heredero del título tiene a sus dos hijos siguiendo la tradición familiar

31 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Su padre fue un crac mediático que llevó la tarta de su invención y el nombre de su pueblo por toda España y más allá. Carlos Folgueira júnior (Mondoñedo, 1966) se agarró a esa estela y ha desplegado el apelativo de O rei das tartas en diferentes locales. El último, la única área de servicio de la A8, al pie del desvío al que obliga la frecuente caída de la niebla. Allí fui a hablar con él.

-¿Es la niebla una oportunidad?

-Yo compré la finca antes de que se abriese la autovía y de que se supiese que se iba a cortar por la niebla tantas veces. Para mí sí es un aliciente y creo que para la gente de Mondoñedo también, porque tienen que bajar todos por la carretera nacional. Abajo [en el pueblo] lo notan.

-Ahora se quedarán todos aquí.

-Ja, ja. Tienen que bajar igual.

-Este establecimiento, de todos los que tiene, es la joya de la corona.

-Sí. Ha sido una apuesta muy fuerte.

-Para ganar hay que arriesgar.

-Mi padre hace 25 años que murió y al año ya abrí el local de la Nacional VI. Luego vinieron los otros. Con trabajo e ilusión las cosas van saliendo.

-Así que usted es más empresario que cocinero.

-Soy una mezcla. Yo empecé con mi padre, que comenzó a elaborar las tartas con mi madre y mi abuela. Cuando tenía 14 años íbamos por las ferias vendiendo las tartas. Estudié Relaciones Públicas en A Coruña y luego me puse más a intentar gestionar.

-Así que las manos se las mancha poco.

-Ya no fabrico. Si me pongo a gestionar y a fabricar sería inviable.

-Mire, esa tarta suya, es una bomba.

-Ja, ja. La receta no se ha modificado en 50 años. Lo importante es la calidad: la almendra, el bizcocho, el cabello de ángel, es lo mejor que hay en el mercado.

-¿No tienen una versión light?

-No, no, es muy típica, muy de toda la vida y la gente ya sabe que tiene que comer un trocito pequeñito.

-De todos modos, la importancia de la tarta está en la promoción que le dio su padre.

-¡Claro! Mi padre era un relaciones públicas innato. Era un hombre casi sin estudios y realizó un márketing extraordinario. El siempre buscaba meterse en actos sociales, programas de radio o televisión... Solo con su forma de estar fue capaz de dar a conocer el producto e, indirectamente, el propio pueblo.

-Se fotografiaba con todo quisqui. Usted no ha seguido esa tradición.

-Bastante menos. Yo hice la boda de la hija de Rocío Jurado y algún otro banquete en Marbella pero siempre digo que, aunque sea el hijo del Rei das tartas... Lo de él era innato. A mi padre no se le puede copiar.

-Ni siquiera el bigote.

-No, no. Me lo dejo de vez en cuando con algo de barba, pero no. El mayor legado que me dejó mi padre fue la cantidad de amigos y clientes que tenemos por toda España.

EDGARDO CAROSIA

-En este establecimiento le hace un buen homenaje.

-Sí. Hemos puesto un busto y un trono para que la gente se haga fotos. La base del negocio seguirá siendo siempre mi padre.

-De todo aquel famoseo, ¿hay alguno que le dejara un mejor recuerdo?

-Mmm. No sé... Juan Luis Guerra. Era muy amable. Y el Rey emérito.

-¿Le gustaría que sus hijos se dedicaran a este negocio?

-Mi hija ya lo hace y mi hijo muestra trazas.

-Cunqueiro decía que Mondoñedo era rico en agua, pan y latín... ¿Se olvidó de la tarta?

-Sí, ja, ja. Quizás de aquella la tarta no era tan conocida. Y eso que mi padre y Cunqueiro eran buenos amigos.

-¿Cómo ve el pueblo?

-En los últimos años está mejorando mucho. Sobre todo con el turismo. El casco está muy bonito. Estamos resurgiendo.

-Vamos con las preguntas fáciles. ¿Celta o Deportivo?

-De los dos.

-Eso es imposible.

-Es que aquí me paran peñas de los dos equipos.

-Pues Barça o Real Madrid.

-Real Madrid. Eso sí lo tengo claro.

-Defínase en pocas palabras.

-Honesto, trabajador y creo que intuitivo.

-¿Cocina en casa?

-No, no. Llego muy cansado del negocio.

-Será usted larpeiro.

-No se crea. Me gusta el chocolate, eso sí. Me gusta comer. Un buen cocido, por ejemplo.

-Pues lo disimula bien, porque está usted muy delgado.

-Los últimos tres años fueron muy difíciles. Perdí 26 kilos.

-¿Qué le gusta hacer cuando tiene tiempo?

-Viajar. Me encanta. Mi otra pasión es el cine. Iría dos o tres veces al día si tuviera tiempo.

-Dígame una canción.

-My way, de Frank Sinatra.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Voy a decir una obviedad: la salud. Es que sin salud no hay nada. Y el ejemplo de eso es mi padre.