¿Por qué casi nadie quiere trabajar en el sector de la hostelería?

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

FOZ

PEPA LOSADA

«La única solución es subir los precios y pagar más», dice un destacado empresario del sector, con unos ochenta trabajadores en plantilla

21 abr 2022 . Actualizado a las 18:57 h.

El interés por trabajar en el sector de la hostelería decae año tras año. Lo acredita la matrícula que mengua en la escuela de Hostelería de Foz y también la evolución del mercado laboral, con una demanda de camareros y personal de cocina que no deja de crecer y que, ante la falta de personal, obliga a cada vez más hosteleros a prescindir de determinados servicios o de participar en eventos y ferias a los que acudía. Las jornadas excesivas, el tener que trabajar en días festivos y en épocas en las que el grueso de la población está de vacaciones y los sueldos bajos son los argumentos más habituales que se exponen para explicar la situación. Frente a esto hay pocas alternativas, con un sector turístico cada vez más temporalizado, con ingresos que se reducen drásticamente fuera del verano o Semana Santa. Una vía sería subir el precio de las consumiciones, para pagar sueldos más altos, pero no está claro cómo respondería el grueso de la población.

Es lo que apunta Juan Carlos Fernández Carreiras, del grupo La Quinta, una de las empresas de hostelería con más trabajadores en A Mariña, con unos 80 de forma estable (incluyendo sus negocios en Asturias) y bastante más de un centenar en temporada alta. Son pocos los hosteleros que se animan a hablar, sabedores de las iras que levantan sus opiniones. Él sí lo hace, ahora que también está buscando personal para todos sus negocios y, singularmente, para La Quinta que va a abrir esta Semana Santa, renovado, en Viveiro.

«La hostelería es un sector duro y está mal pagado. La gente cada vez quiere vivir mejor, lo entiendo, lo comparto y lo respeto, y la única solución que queda es subir los precios para pagar más. Y eso va a ser muy duro y traumático, pero es que no queda otra. Hay sectores en los que como no trabaje solo el empresario, el dueño, los negocios no van a salir adelante. Tu montas una cafetería y vendes cien cafés al día. Cien cafés ya es un buen ambiente en un bar. Si los cobras a 1,40 euros, son 140 euros de caja al final del día y unos 5.000 al final del mes. Y echas cuentas: el coste del empleado es de 2.000 euros y pico, porque hay que prorratear las extras que corresponden. Súmale lo que cuesta el café, la leche, la luz, el agua, la galleta de cortesía, el cuidado de los aseos, la wifi, el alquiler o amortización del local, los derechos de autor, averías, imprevistos y cien mil gastos más, al final es imposible sostener el negocio. Para subir los salarios y tener mejores horarios hay que cobrar más. Ir a otro modelo. Y con los menús del día a 10 euros ocurre lo mismo. Son precios desfasados», dice Juan Carlos Fernández.

ALBERTO LÓPEZ

Cheché Real es el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Lugo: «O problema non é de temporalidade, porque cando ofreces un emprego estable tamén é difícil atopar xente. En primeiro lugar, temos que ofrecer nas nosas empresas soldos dignos e conciliar o traballo coa vida familiar e o ocio. Pero dito isto, tamén hai que ver que hai moitísimas axudas por parte da administración sen nada a cambio. Hai xente que se habituou ás axudas e cando ofreces un soldo de 1.200 euros di que por eses cartos prefire quedarse na casa cobrando 500 de axuda. Vemos que a falta de traballadores non é un problema exclusivo da hostalería. Pasa na madeira, na pesca, na construción...». Añade que, además, en estos momentos los precios en la hostelería son «hiperbaixos, tendo en conta o que subiu todo».

PEPA LOSADA

Nicolás Asensio, director del IES de Foz, centro que en la comarca imparte la formación de Hostelería, explica que reciben a menudo demandas de empleo que quedan sin atender. La matrícula merma -este año hay sobre 50 alumnos en todos los ciclos- y dice que resolver el problema de la falta de profesionales no es fácil: «Todos tienen que poner algo de su parte. Los empleados, mejorar su capacitación y formación, y los empresarios exigir titulación y mejorar en lo posible las condiciones laborales. Lo que nos dicen los alumnos es que hacen más horas de las pactadas o que no tienen días libres en temporada alta, mientras una parte del empresariado se queja de que no resuelven en la medida que esperaban de ellos y tampoco pueden garantizar un empleo estable, con lo que esta zona no resulta demasiado atractiva para trabajar. Es un problema serio porque no está acorde la oferta con la demanda y por eso muchos puestos se cubren con gente no formada, lo que contribuye a precarizar el empleo. Es un círculo vicioso. Pero tenemos un potencial turístico enorme que no se puede descuidar, porque es y será básico en la economía de A Mariña».