La vida de una familia de Foz con un foso de cuatro metros lleno de maleza a las puertas de casa

María Cuadrado Fernández
m. cuadrado FOZ / LA VOZ

FOZ

Foso cubierto actualmente de madera junto a la casa habitada
Foso cubierto actualmente de madera junto a la casa habitada Cedida

A principios de marzo presentó el último escrito en el Concello de Foz para demandar una solución

15 mar 2022 . Actualizado a las 22:48 h.

A comienzos de este mes, la vecina Antonia Borrajo presentó el último escrito en el Concello de Foz para demandar una solución a un problema con el que lleva muchos años conviviendo y que les limita, tanto a ella como a su familia, a moverse a las puertas de su casa con garantías de que no va a suceder ningún accidente.

Una valla de madera destrozada es la única medida de protección para no invadir (o caer) en un foso de unos cuatro metros de altura, cubierto de maleza, que se encuentra en suelo de propiedad privada y a las puertas del hogar familiar localizado en la céntrica Rúa dos Limoeiros.

El problema viene de antiguo, como también las reclamaciones verbales a unos y a otros dirigentes locales y las instancias que se ha cansado de presentar Antonia. Su petición, por ahora, ha caído en saco roto, a pesar de que ha insistido en que es una cuestión de seguridad, principalmente al valorar el riesgo al que se exponen sus nietos, menores, cuando acuden a su casa y también pensando en ella misma, con una discapacidad reconocida por sufrir epilepsia y actualmente con un tobillo roto.

Recuerda al Concello que debe velar porque se mantengan limpias las propiedades del casco urbano y de no ser el caso, que tiene competencia para actuar. Rememora que entre 1981 y 1992 presentó reclamaciones para que se derribaran las paredes de dos casas en ruinas «que funcionaban como vertedoiro» y que ocupaban la zona donde hoy está el foso.

La solución no fue del agrado de todos, apunta, ya que dos vecinos se sintieron perjudicados y aseguraban que tenían humedades en sus casas. Fue en ese momento —afirma— cuando el Concello autorizó «un socavón de 4 metros de profundidade na beira da porta da miña casa, co conseguinte perigo».

Desde el Concello, en primera instancia, y tal y como indicaron a La Voz consideran que es un problema entre particulares y se ofrecen a mediar entre ellos.