Catalina, la vida marinera del pionero de la pesca de merluza de Celeiro en aguas de Gran Sol

josé pino

FOZ

ARCHIVO DE COFRADÍA DE CELEIRO

Botado en 1966 en Foz para José Fernández de Talleres Hidrofersa, su patrón fue siempre Antonio Lage (Antón da Amora)

09 may 2021 . Actualizado a las 11:50 h.

El impulso de las construcciones pesqueras gracias a la Ley de Renovación y Protección de la Flota Pesquera de 23 de diciembre de 1961 donde se concedieron créditos a muy bajo interés, hizo que la segunda mitad de la década de los 60 nuestra zona de A Mariña tuviese una gran actividad en los astilleros de ribera de Foz y San Ciprián y los talleres de montaje. Al amparo de estas construcciones surgieron nuevos armadores, pescadores emprendedores que bajo una relación familiar o de amistad iniciaban la aventura, comerciantes de Vivero que se juntaban como socios accionistas a patrones o motoristas que defendieran en la mar la empresa, o en algún caso industriales del mundo marítimo cuyo auge laboral pasaba por sus manos, es el caso de algún carpintero de ribera, o como en el caso de la Catalina, el dueño de un taller de montajes navales.

ARCHIVO DE COFRADÍA DE CELEIRO

Catalina (FE-2-2724 EB-2538)

A finales del año 1966, César Beltrán Ares bota en su astillero de Foz el casco de un pesquero tipo bonitero del Cantábrico para el industrial vivariense José Fernández Alvarez, dueño de los talleres mecánicos sitos en el barrio de la Misericordia-Viveiro, que va proceder a su montaje. El barco mide 24 metros de eslora por 6,30 metros de manga y 3 metros de puntal, desplaza 88,61 TRB y equipa el mismo sistema que había impulsado el Apóstol Santiago de Nicasio Arrizado dos años antes: la casa francesa de motores marinos Baudouin, sita en Marsella, suministra su tipo DK6MJ formado por dos motores de 6 cilindros y 150 HP de potencia cada uno a 1250 r.p.m montados en tándem, conectados a un eje de cola y una única hélice que proporciona una velocidad de 9 nudos, con un consumo diario de 1.300 litros de gas oil y un radio de acción de 2.125 millas.

El barco es registrado a la propiedad de Maria Rita Cao Trasancos, esposa del industrial, y bautizado con el nombre de la segunda hija de ambos, Catalina. El barco pasa las pruebas de mar bajo la inspección de la Capitanía Marítima de Ferrol el 1 de abril de 1967.

ARCHIVO DE JOSÉ PINO

Una actividad marinera corta (1967-1975)

La Catalina inicia su actividad pescadora el 3 de mayo de 1967 que sale despachado de Viveiro para la costera del bocarte en aguas vascas y entra en Castro Urdiales a realizar su primera venta el 13 de mayo tras acondicionar los elementos y adaptarse a la actividad con la nueva unidad a estrenar. El barco sale patroneado por Antonio Lage «Antón da Amora», Jesús Alvarez Pino como primer motorista y Alfredo Alonso Vega como segundo, en una tripulación que conforman 18 hombres. El 17 de junio de 1967, tras las Fiestas del Carmen, inician la costera del bonito que durará hasta finales de octubre. Tras adaptar el cambio de modalidad, salen el 21 de noviembre para la pesca de la merluza con volantas, actividad que durante 1968 alargará hasta el verano para cambiar a bonito pero sin acudir a la campaña del bocarte de este año.

En 1969 divide el año también entre las costeras de bonito de junio a octubre y merluza a volantas entre noviembre y abril, solo el mes de mayo a bocartes y en 1970 abril y mayo a la anchoa. A partir de 1971, Antón abandona esta pesquería definitivamente y las costeras de bonito se hacen cada vez más cortas prestando especial atención al arte de volanta, que alarga en el tiempo hasta diez meses anuales repartiendo según la época del año entre zonas geográficas en función de la meteorología. En 1973, inicia el año a merluza en Canarias con entradas en Las Palmas y Algeciras, realiza una costera de bonito de solo dos meses, mayo y junio, y después de las Fiestas Patronales de Santiago arma a volantas para probar en el caladero de aguas del sur de Irlanda adonde acude en compañía del Estrella de Belén de San Ciprián, pese a las incursiones de los volanteros de Cariño, Cedeira y Burela en los caladeros franceses y en aguas del norte siguiendo los cantiles del país vecino; los patrones de A Mariña consideraron esta aventura como el origen de la actividad en aguas del Gran Sol de la pesca de la merluza, y la autoría de Antón da Amora como pionero de la misma en el Mar Céltico al mando de la Catalina.

El naufragio sucedió el 13 de junio de 1975, en el día de San Antonio

La Catalina salió despachado el 1 de junio de 1975 para la costera de bonitos, hallándose en la zona de las Azores el viernes 13 de junio día de San Antonio e iniciando jornadas de derrota hacia la península debido al poco pescado que presenta el inicio de la campaña. Sufren una vía de agua por rotura del grifo de fondo de refrigeración del motor principal, el agua en la máquina anula la bomba de achique eléctrica de repuesto, lo que ocasiona el abandono del buque a las balsas, una de doce y otra de ocho plazas para los 15 hombres que conforman la tripulación. El buque se hunde en la situación 42º 40´ N y 017º 30´ W. Antón da Amora lanza antes una señal de auxilio que es captada por un mercante británico y por su compañero Paco Alonso en el Hermanos Alonso, que se encuentra a 30 millas de distancia. A las 21 horas están en el agua las dos balsas, amarrada una a otra, y cerrados en niebla. Cerca de las doce de la noche son rescatados por el pesquero cillerense tras el disparo de bengalas para ser localizados. El mercante que recibió la llamada de auxilio se presenta en la zona sin ser necesarios sus servicios. El Hermanos Alonso arriba a Celeiro la tarde del martes 17 de junio en medio de un gran gentío en puerto, sobre todo familiares.

Antón Lage, de 47 años entonces, iniciaba la costera como armador del barco tras comprarle su parte al armador José Fernández (Pepe do Taller) iniciando una nueva etapa de su vida tras 14 años al mando de barcos pesqueros, operación esta que todavía no constaba en los registros mercantiles ni notariales, por lo que el armador a efectos documentales nunca dejó de ser el dueño de los Talleres Mecánicos Fernández Alvarez (Hidrofersa).