Selmira, más de 60 años en hostelería: «Nunca vivimos unha situación así»

Y. GARCÍA FOZ / LA VOZ

FOZ

XAIME RAMALLAL

En Cangas de Foz recibe pedidos de cocidos para llevar «para 2 ou 3»

16 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año de pandemia. Largo para todos los sectores, con una carga de estrés inimaginable para el sanitario e insufrible para muchísimos negocios, comenzando por los hosteleros, uno de los más afectados por las restricciones. Un último año complejo, debido a los sucesivos cierres perimetrales y gremiales. Algunos ejemplos de resistencia pese a las circunstancaias llegan de los que decidieron apostar por los menús a domicilio. El Selmira, en Cangas de Foz desde hace más de 60 años, es uno de ellos. Hoy, martes del Carnaval, el cocido primará en las comidas que se encargan para ir a recoger al restaurante. «Como podemos, resistimos, coas comidas a domicilio, que ofrecemos xa dende o confinamento», dice Moncho Álvarez Mendaña, tercera generación al frente del local. «Os cocidos pídense para dous ou para tres, non é para grupos como antes. Creo que a xente ten ganas de carnaval». Y como «saír comer fóra non se pode», recurren a esta opción para degustar en casa. «A situación do sector -añade- está complicada. Nós, aínda, case somos privilexiados porque este negocio é noso, pero o que ten que pagar un aluguer...». En el confinamiento, señala, recibió ayuda, «pero agora nada», lamenta. El servicio a domicilio «polo menos, para aguantar, é o que hai, porque os impostos temos que pagalos igual». «Adoitamos facer empanadas, paellas, arroces caldosos e peixes en salsas», señala, sobre los platos de esa carta más demandados. En fin de semana notan más actividad.

«Teño 41 anos e 41 anos levo no Selmira, dende que nacín», señala. Tomó el relevo de sus padres (Mari Mendaña y Jesús Álvarez) después que una experiencia profesional de un par de años en el Parador de Turismo de Toledo. Su madre, actualmente con 66 años, se jubiló este mismo año y reconoce que en los casi 65 años de historia del Selmira «nunca vivimos unha situación coma esta». Al contrario, recuerda el enorme bum que significó la puesta en marcha de la actual Alcoa: «Fora o ‘no va más’, tanto que nos facía falla so unha persona para dicir ‘non hai mesa’ a moita xente, á cola esperando. Daquela tampouco había a cantidade de negocios que hai hoxe». Su radiografía sobre la agonía del sector hostelero en esta crisis es la siguiente: «Nosoutros, grazas ás comidas para fóra para poder ganar algo. É o que hai. Pero compadezo á xentiña que ten que pagar un local e non teñen para comer». «Aquí o que se trata é de que todo o mundo poida vivir, non so eu soa», señala. Y las ayudas, dice, ahora solo existen «de palabra». No llegan.

Mari Mendaña, que quedó viuda hace años y fue la segunda generación al frente del Selmira, tras casar casi a los 18 años, piensa mucho en la juventud: «Teño agobio porque vexo que a xuventude que vén agora ten todo moi negro, porque os políticos non fan nada para que os novos se queden aquí». «E o que se vaia, non volverá», advierte. Aunque se tilda de persona «máis positiva que negativa», «isto vai tardar en recuperar», finaliza con tristeza.