Pasteles, regalos y una gran merienda en el cumpleaños de la focense Rosa Sánchez
07 feb 2019 . Actualizado a las 16:08 h.«Mamá, ¿cantos anos che gustaría vivir? ‘Ata os 105 anos e despois, seguirlle pedindo a Dios que me dé máis’». Es parte de una conversación entre la abuela de Foz, Rosa Sánchez Rodríguez, y sus hijos, que ayer la acompañaron en un día muy especial. Rosa cumplió 104 y lo hizo rodeada por su familia en su casa de Folgosa, en Santa Cilla. Además de los hijos (tuvo once y fallecieron cuatro), no quisieron perderse la cita sus nietos y bisnietos.
La cumpleañera se levantó ayer de buen humor para afrontar una jornada muy emotiva. Después del susto de la primavera del año pasado, este invierno ha ido sorteando catarros y otras dolencias, lo que le permite mirar con optimismo el día a día.
Gran fiesta vespertina como cada 6 de febrero. Hubo una gran merienda con pasteles, empanada, jamón... como cualquier celebración que se precie. Tampoco faltaron los regalos. En abundancia. Además de un camisón, colonias y otros obsequios, la abuela recibió un gran ramo de rosas de su hija Rosa, quien ayer, orgullosa y muy agradecida por poder compartir con su madre y sus hermanos un momento tan especial, recordaba la difícil vida que tuvo su madre: «Ela foi moi escrava. Non era fácil sacar adiante á familia. De nenos, eramos quince a comer! Non che era unha broma».
La cumpleañera es la Rosa de la casa, la flor más querida. Sus parientes no ocultan el amor y el aprecio que sienten por ella, y destacan el trabajo que realizan Luis y Ana, los hijos que conviven con la centenaria, de la que destacan que tiene «unha saúde impecable». «Mamá foi sempre unha muller moi loitadora, unha muller que sacou adiante á familia. Traballou moito e sacrificouse por todos nós», subrayan sus hijos, para quien Rosa es el tesoro más preciado. Ayer, a la hora de la merienda, fue la protagonista de la fiesta en el salón de la casa familiar.
Afortunada de cumplir los 104 años, Rosa ya piensa en soplar las velas de los 105.