«Los bebés que acogemos vuelven con sus papás en cuanto pueden atenderlos»

FOZ

XAIME RAMALLAL

Esta focense destaca que la familia biológica es insustituible para los pequeños

24 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el hijo de Montse Espíndola y Pedro tenía un par de años, le encantaba coger cualquier folleto publicitario que tenía a su alcance, y uno de aquellos trípticos no acabó en la basura: informaba sobre el programa de acogida que impulsa Cruz Roja en la provincia de Lugo para ayudar a que niños que se encuentran separados de sus padres de manera temporal por diversas circunstancias puedan crecer en un ambiente familiar estable durante ese tiempo. «No conocíamos el programa y nos llamó la atención, pero en ese momento quedó ahí, en el limbo, porque nuestro hijo era muy pequeño. Pasados los años, saltó una información en Facebook y lo retomamos», explica esta focense de 48 años, que forma, junto con su marido, de 51, y su hijo biológico, de 9, una de las escasas familias de acogida de bebés que hay en la comarca de A Mariña.

?¿Qué tuvieron que hacer para ser familia acogedora?

?El proceso fue muy rápido. Llamé para informarme en verano y enseguida empezamos con los trámites y la formación, que hicimos con Cruz Roja después de las Navidades. Después pasamos la idoneidad, y enseguida, en mayo, llegó el primer niño.

?¿Por qué optaron por acoger bebés en lugar de niños un poco más mayores?

?Al vivir en A Mariña nuestras circunstancias son un poco especiales, puesto que la mayoría de los niños tienen visitas concertadas con la familia para las que hay que desplazarse a Lugo, a los puntos de encuentro. Por nuestras circunstancias personales, preferíamos niños algo más pequeños, que suelen tener las visitas más espaciadas en el tiempo. El programa busca siempre la comodidad del niño que es acogido, pero también que las familias de acogida podamos adaptarnos.

?Y ya van por la tercera acogida...

?El primero era muy chiquitín, tenía días, y lo tuvimos dos meses. Ahora llevamos unas semanas con dos bebés.

?Cruz Roja deja claro desde el principio que acoger no es adoptar. ¿No es muy duro cuidar a un crío sabiendo que más tarde o más temprano se irá?

?Es cierto que hay un duelo, pero lo vives pensando que los niños se han ido con su familia, que es la que más los quiere en el mundo mundial. Pensando que se han ido con sus papás, que es con quien tienen que estar. Y pensando que nosotros solo somos un puente para que los niños estén bien hasta que sus papás puedan volver con ellos.

?La teoría parece sencilla, pero la realidad debe ser bastante más delicada...

?Por mucho que digas que la acogida es un trabajo, es muy difícil tomarlo como un trabajo, y acabas encariñándote con el bebé y pasándolo regular cuando se va.

?¿Qué satisfacciones implica entonces?

?Muchas porque disfrutas mucho de los niños, viendo que están bien. Una sonrisa suya lo vale todo. Ves que te levantas y te sonríen, o que le hablas y el pequeñajo te busca.

?¿Tienen contacto con las familias biológicas durante el tiempo que dura la acogida?

?Te aconsejan que no la tengas para que no te lleves más problemas a casa. «Acogéis a los hijos, no a los padres», nos dicen. Ellas saben que sus hijos están bien atendidos, con una familia que los está atendiendo igual que haría con los suyos. Y cuando los llevamos a las visitas en los puntos de encuentro hay técnicos de Cruz Roja que son los que se encargan de llevárselos a sus padres.

?Su hijo biológico tiene 9 años. ¿Cómo le explican que en su casa va a pasar una temporada un niño que luego se va a marchar?

?Tratamos el tema con sencillez y naturalidad desde el principio. Le decimos: «¿Tú con quién estás mejor? Con tus papás». Y le contamos que los papás de ese niño en este momento no lo pueden cuidar, y que nosotros vamos a hacer de cuidadores, pero que los bebés que acogemos volverán con sus papás en cuanto puedan atenderlos, que los quieren con toda el alma. Él asume que esos niños que están en casa no quieren quitarle el puesto a él, y que nosotros tampoco queremos pasar por encima de los papás de esos niños.

?¿Animaría a otras personas a sumarse al programa?

?Yo invito a todo el mundo a que lo haga una vez, a que pruebe. Y sobre todo, que no juzguen a nadie por hacerlo o dejarlo de hacer.

?¿Han escuchado críticas?

?Alguna vez hemos oído eso de «con lo bien que estáis ahora, que el niño ya es un poco grande, ¿cómo os metéis en esto?». Yo siempre digo que no meto en la casa de nadie, así que que nadie se meta en la mía. Pero la mayor parte de lo que escuchamos es bueno. Sobre todo nos dicen: «Yo no valdría, no podría hacerlo» o «¡Qué valientes sois!».

«Lo que hace falta es tener ganas, coger con mucho cariño lo que haces»

La acogida familiar es una alternativa de convivencia en familia para menores que se encuentran en una situación de desamparo. Su objetivo es proporcionarles un entorno familiar estable, en lugar de un centro institucionalizado.

?Nadie acoge niños por dinero, puesto que la ayuda mensual que da la Administración por cada niño acogido no es muy elevada...

?Este mes no me ha alcanzado para pañales, leche... [sonríe].

?Entonces, ¿hace falta tener mucho dinero?

?Tampoco. Para acoger, lo que hace falta es tener ganas y coger con mucho cariño lo que haces, como todo en la vida. Ahora mismo soy ama de casa y mi marido es empleado en una oficina. La familia vive un poco lejos, así que a veces tenemos que echar mano de la tía, que se encarga un poco de nuestro hijo, de buscarlo y de llevarlo al cole. Mi marido echa una mano cuando llega de trabajar.