La portera brasileña de 41 años se marcha a Italia tras una etapa fabulosa
19 ene 2024 . Actualizado a las 10:35 h.El mismo corazón que siempre puso para llevar al Burela Pescados Rubén a lo más alto es el que ahora le pide un cambio de aires a Joziane de Oliveira (Chapecó, Brasil, 1982). Motivada para pasar sus últimos años compitiendo al máximo nivel, la legendaria portera naranja aceptó una oferta de Italia. Vista Alegre la despedirá este sábado en el derbi contra el Ourense (11 horas).
—¿Cómo se siente?
—Fue tan corto el tiempo en el que tomé la decisión que esta semana ha sido una lluvia de cosas que hacer, de gente a la que ver, con la que hablar... No he podido pensar cómo será mi último partido. Estoy entrenando como cada semana y me preocupo de eso, de hacer buenos entrenos y estar preparada para jugar.
—Querrá una última portería a cero contra el Ourense...
—No sé qué planteamiento tiene Julio para el partido. Supongo que jugaremos las dos y, por supuesto, siempre queremos dejar la portería a cero, pero esa es una meta de todo el equipo.
—Habrá recibido un montón de mensajes. ¿Cuál es el más especial?
—Es imposible quedarme solo con uno. Lo que sentí durante toda esta semana es el amor y el cariño de la gente, su agradecimiento. Ha sido una semana bonita, de emociones bonitas, también de muchas lágrimas porque veo a la gente y pensamos que es nuestro último abrazo. Empiezo a añorar lo que viví en tantos partidos, sintiendo a la gente en la grada, y ellos me dicen que me echarán de menos en la cancha.
—Tiene 41 años, pero se marcha a otro desafío exigente en Italia. ¿Todavía sigue motivada?
—Sí, aun vivo mucho el fútbol sala y ese es uno de los motivos por los que decidí salir. No estaba a gusto en el Burela por varios motivos, pero uno de ellos es que no he jugado cuando ha habido partidos importantes. Soy consciente de que se acerca el tiempo de mi retirada, me veo en forma y no quiero pasar mis últimos años en el banquillo. Quiero retirarme con un buen recuerdo, disfrutando en la cancha. Me veo bien entrenando, con fuerza y ganas, y quiero seguir disfrutando desde dentro, sintiéndome feliz.
—¿Cuáles son los otros motivos a los que apunta?
—Se dieron varias circunstancias para que dé el paso de marcharme a Italia, pero especialmente el cansancio mental. No acababa de sentirme yo, de ser feliz con cosas que estaban pasando, saltó la alarma, empecé a preguntarme para qué iba a entrenar y me di cuenta de que debía rehacer mis planes y buscar un nuevo camino. Cuando fui con la selección a la Copa América en septiembre disfruté un montón, pero aquí no estaba sintiendo eso. Como profesional de la salud, no puedo predicar y luego no hacer. Ya no me sentía feliz y surgió la posibilidad de Italia, así que me lancé.
—Le pesó la marcha de Peque este verano?
—Que se fuese Peque me afectó mucho, igual que Jenny.
—¿Cuál va a ser su relación con Burela y el club ahora?
—Mi relación con el club es buena, fueron muchos años felices. No puedo decir nada malo del club y espero regresar a Burela. Me voy a Italia para un período corto de tiempo y luego ya veré. Siempre tomé las decisiones así, de año en año. No tenía pensado marcharme ahora, pero rehíce mis planes porque no me encontraba a gusto. Aquí fui muy feliz, me sentí muy cuidada por el club y la gente de Burela y mi intención es volver para aquí, pero no sé qué me va a deparar el futuro. Hasta hace poco, mis planes tampoco eran marcharme.
—¿Cuál ha sido el momento más especial en estos 14 años?
—Es injusto quedarme solo con uno, pero la primera liga en Burela fue tremenda. Todo lo que se vivió aquella temporada fue increíble, llevábamos poco tiempo en Primera... ¡Qué ambientazo de fútbol sala toda la semana! Y luego culminó con la victoria 5-1 contra el Futsi en esa final, que era liga regular, pero jugábamos a todo o nada. Hicimos un partidazo, yo marqué un gol... Fue el partido soñado. Cada liga tiene su historia, deja grandes sensaciones, pero la primera es la primera.
—Jozi en la portería, ¿y con quién completaría el mejor quinteto posible del Burela en Primera?
—Por todo lo que peleamos juntas, Peque y Dany tienen que estar. Para el cierre me quedaría con Haydée o Cilene. Y el otro ala... Emilly. Aunque con ella estuvimos menos tiempo, su conexión con Peque era una maravilla.
—Pronto tendremos un Mundial oficial, por fin. ¿Cuánto cree que ha contribuido el Burela al crecimiento de este deporte?
—Muy poquito a poco hemos ido dando pasos. Ojalá yo aún pueda estar con Brasil en ese Mundial en el 2025. El Burela marcó un antes y un después, pero no solo en el fútbol sala español, sino también en el fútbol sala mundial, por su organización, su estructura y el ejemplo que da en la lucha por la igualdad en el deporte. Es un espejo para los demás, pero muy pocos clubes por el momento han seguido sus pasos.