Cuentan que, por ejemplo, en la costera del bonito los percances más habituales tienen que ver con los anzuelos clavados. «Algunos los sacan ellos directamente, pero hay otros que se resisten y te llaman», indica José Luis, avilesino de adopción que vivió en directo la «guerra del bonito» de 1994, cuando boniteros españoles llegaron a apresar al volantero francés La Gabrielle. «Fue un momento de mucha tensión. Los españoles trabajaban con el arte tradicional del curricán y los franceses empezaban a trabajar con redes, con volantas. Hubo problemillas que acabaron con enfrentamientos. Hubo disparos, cócteles molotov, abordajes de barcos... Tuvimos alguna asistencia sanitaria por contusiones, golpes, traumatismos...».
Cambio climático y cupos
Hoy en día, la pesca también vive momentos de cambio. «Son tiempos complicados por el cambio climático, por los cupos...», apunta Argibay, que pone un ejemplo: «Cuando empezamos nosotros, por ejemplo, se pescaba bonito hasta finales de septiembre, y en los últimos años se acaba en agosto porque hemos llegado al cupo aunque el bonito sigue saltando en el mar».