«Es difícil convencer a los papás para que sus hijos coman sano cuando ellos no lo hacen»

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO BURELA / LA VOZ

BURELA

XAIME RAMALLAL

Tras elaborar su tesis sobre la obesidad infantil en A Mariña, la pediatra del Hospital da Costa, Mercedes Rodicio, participa en un estudio de campo en varios colegios de A Mariña

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mercedes Rodicio, pediatra en el Hospital da Costa, presentó hace dos años una tesis doctoral en la que analizaba los factores de riesgo y comorbilidades de la obesidad infantil en A Mariña lucense. Entonces, se centró en el estudio de 96 niños y niñas de entre 7 y 15 años: el 40,6 % eran obesos. Aquella tesis fue el punto de partida para iniciar un estudio de campo que está en marcha en la comarca y en el que participan de forma voluntaria alumnos de colegios de Viveiro, San Cibrao, Cervo, Burela, Foz, Ribadeo, Mondoñedo y O Valadouro. Tras recoger los datos, un equipo formado por profesionales de Pediatría del hospital se ocupa actualmente de analizarlos. Además, Rodicio presentó en Nutrition una publicación derivada de la tesis en la que analiza la repercusión cardíaca en casos de obesidad infantil.

?¿Cuál es la incidencia de la obesidad infantil en la comarca?

?Responde igual que en el resto de España, pero a mayores hay datos curiosos que descubrí cuando hacía la tesis. Por ejemplo, que los niños obesos de aquí comen mucho mejor que los que tienen peso adecuado o sobrepeso. Tienen el problema de que no hacen ejercicio y que comen mucha cantidad. Aquí se sigue manteniendo una dieta bastante tradicional y no tenemos el problema que tienen en las ciudades, donde es más habitual ir a comer a locales de comida rápida. Tenemos que incidir en que los niños coman menos cantidad.

?¿Por qué se produce la obesidad?

?Por un desequilibrio entre lo que se come y lo que se gasta. Uno tiene que gastar lo que come. Hacia eso tienen que ir enfocadas también las medidas preventivas y las terapéuticas. Uno no puede tratar la obesidad de un niño poniéndole una dieta. A los niños hay que enseñarles a vivir sano, a hacer ejercicio y a comer lo que necesitan para mantener un peso adecuado. La obesidad no es un enfermedad hereditaria o transmisible, aunque sí hay predisposición genética a engordar. Si hace las cosas mal va a engordar, pero si las hace bien, no. La obesidad infantil no es un problema del niño, es de la familia.

?También analizó lo que influyen otros factores, como el económico o los sociales...

?Influye la carga genética y la predisposición a engordar, el ambiente socioeconómico de la familia y el resto de la sociedad. Hay que hacer más desde las Administraciones. En muchos colegios, centros sociales, escuelas municipales... hay máquinas expendedoras de snacks y bebidas envasadas. Eso una Administración no debiera permitirlo.

?¿Y qué opinión le merecen los menús escolares?

?Durante una temporada hice recomendaciones en algunos centros. Creo que el problema no está en el menú escolar porque la consellería tiene el control y lo diseñan expertos. Suelen estar bien equilibrados, aunque cada cocinera cocina de una u otra forma. Pero de las 20 comidas que toma un niño de lunes a viernes, en el colegio solo hace cinco. El resto, las hace en casa. Me comentan directores de colegios que tiran muchas verduras y pescado. Eso dice mucho. Alimentarse es un hábito, como andar o leer, y se aprende por repetición. A comer se aprende hasta los 4 o 5 años. Los niños cuando llegan a los colegios tienen que saber comer, y es responsabilidad de los padres. El colegio es el responsable de fomentar hábitos saludables.

?¿Cómo responden las nuevas generaciones de padres ante los consejos de alimentación de sus hijos?

?Lo triste es que la comida basura es bastante más barata que la saludable. Es muy difícil convencer a los papás para que sus hijos coman sano cuando ellos no lo hacen. Hay que educar a los niños desde pequeños para que ellos transmitan buenos hábitos. Se espera que los niños de ahora, los que tienen hasta 16 o 18 años, van a ser la primera generación que no alcance la esperanza de vida de los padres. Y ese dato es dramático.

?Cuando hice la tesis observé que los niños obesos tenían la tensión más alta, un mayor aumento de triglicéridos y de colesterol pero, sobre todo, detecté que tenían más bajo el colesterol bueno. Uno de los aspectos más novedosos fue la repercusión sobre el corazón. Publiqué en una revista el resultado del estudio derivado de mi tesis sobre la repercusión cardíaca a causa de la obesidad infantil. Observamos que los niños obesos tienen las paredes del corazón más gordas. Para no alarmar a la población hay que explicar que no se sabe qué repercusión puede tener en un futuro, pero lo que sí se sabe, por estudios en adultos, es que los niños que tenían el IMC más alto en la infancia después tuvieron más problemas de corazón: insuficiencia cardíaca, infartos... es un factor de riesgo. Aquí hay muchos niños que tienen insulinorresistencia. Puedo decir que el 54 % de los niños obesos que se estudiaron en la tesis tenían insulinorresistencia, un estadio de prediabetes.

?¿Por qué es tan difícil concienciar a la sociedad del problema que representa?

?La obesidad no es solo un problema estético, pero muchos papás y abuelos no lo asumen como una enfermedad. Normalmente los hábitos de una familia se van transmitiendo: la forma de cocinar, de comer... A muchos abuelos es muy difícil hacerles ver que un niño obeso no es un niño hermoso.

?Defiende la alimentación variada y equilibrada para cualquier niño, tenga sobrepeso o no.

?No se puede decir que los niños que presentan obesidad no puedan comer pizza o hamburguesa, ni tampoco hacer de éstas una comida diaria. A los niños que vienen a la consulta no les pongo a dieta, les digo como comer bien, y que hagan ejercicio.