Luego se instaló en A Coruña donde murió en 1939. Su hijo Nardo, funcionario, se casó con Merche Castillejo Doval, de 22 años, al año siguiente. Durante 20 años, entre su sueldo y las rentas de Cuba, tuvieron una vida acomodada: trajes, tribuna en Riazor, abono para la ópera, cena fuera los viernes… Pero llegó Fidel y expropió las casas de Ánimas y Virtudes y todo acabó. Merche sacó su vena luchadora y salvó a la familia frente a un Nardo pasivo, paralizado… Era muy religiosa, tenaz y llena de fe. Y tenía un objetivo: que sus 6 hijos tuviesen carreras universitarias.
Así que se agarró al cimiento dejado por el abuelo Bernardo y escribió dos cartas. Una, a Jorge Echeverry, rector de la USC, para pedir una beca completa para que su primogénito estudiase Derecho, en vista de sus buenas notas y de la circunstancia familiar. Y la otra, a Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Información y Turismo, que promovía el desarrollo a través de la industria turística con el eslogan Spain is different! que cambió la imagen de una España en la que Europa acababa en los Pirineos. Merche le pidió un crédito de 1 millón de pesetas para transformar A Casa das Lourenzas en O'Santiño, un hotel con encanto antes de haber hoteles con encanto.
Y se le concedió. Fraga, desde entonces, ocupó el lugar cimero de sus devociones…