Luis López Fulgueira: «En el 2022 podríamos sentar las bases para crecer con la holandesa Terwa»

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA INNOVA

Xaime Ramallal

El gerente de Industrial Recense destaca que los anclajes que fabrica están en el Bernabéu, el hotel Lego de Londres y el ferrocarril galo

17 nov 2021 . Actualizado a las 13:27 h.

Año 1953. A Pontenova. Germán López impulsa una industria para la fabricación de hoces de corte (típica herramienta de siega) y la bautiza como Industrial Recense, una compañía de esa Galicia —la profunda que decía la jueza de Marbella— que hoy exporta a los cinco continentes. Luis López Fulgueira, (A Pontenova, 13 de octubre de 1962) es el gerente, primer accionista e hijo del fundador de la firma.

—Mi padre tenía mentalidad industrial. Las inversiones tecnológicas fueron siempre primordiales para él. Tuvo la oportunidad de ver una fábrica de hoces mecanizadas y montó otra en una zona donde había muchos herreros. Metió máquinas y así logró una productividad mucho más alta. Llegó a exportar a Portugal.

—Han conseguido un premio nacional a la transformación digital y algún otro del Colegio de Ingenieros Industriales de A Coruña. Para usted es familiar eso de la industria 4.0, la modernización y la digitalización.

—Es cierto que Recense ahora tiene poco que ver con las hoces. No somos la NASA ni hacemos cohetes, pero disponemos de todos los controles y facilidades que la tecnología (realidad virtual, formación, grabación de los sistemas de trabajo digitalizados...) nos ofrece. Por ejemplo, hacemos un cambio de máquinas en la empresa, y de manera digital sabemos cómo resultará y si cometeremos algún error. En una simulación somos capaces de saber los plazos en los que entregaremos el pedido y la necesidad de recursos humanos que tendremos.

—¿Cuál fue la principal recomendación que le hizo su padre?

—Dos: No hay nada gratuito y siempre hay que estar encima del control de la empresa.

—Venden en...

—Entre un 15 y un 20 % de nuestra facturación se corresponde con exportaciones directas. Luego hay otro 15-20 % de ventas indirectas al extranjero. Me explico, nosotros en el año 2007 hicimos una inversión importante para la fabricación de fijaciones de placas solares (sobre todo para la fotovoltaica). En aquel momento en España se ejecutaron muchos y nosotros aportamos esa fijaciones para prácticamente una cuota de mercado de más del 80 % . Estas empresas, que hoy son internacionales, están construyendo más parques por todo el mundo. Así que nosotros no vendemos directamente, pero a través de ellas nuestras fijaciones están en Sudáfrica, Australia y México. En los cinco continentes hay piezas nuestras. De manera directa Francia es un destino importante. Hacemos fijaciones para sus vías férreas, y en naves industriales y máquinas agrícolas. También vendemos a Bélgica, Alemania, Suiza y Sudamérica. Nuestras fijaciones están en edificios como el Riverside Home, en Madrid; el Wanda, el Santiago Bernabéu... Nuestras fijaciones también están en el hotel Lego de Londres. El Reino Unido y Sudamérica son objetivo para las exportación en el 2022.

—¿Cuántas ofertas de compra de Recense tiene sobre la mesa?

—Últimamente los fondos de inversión están ahí. Quieren invertir. Invitaciones tenemos muchas. Sin embargo, yo tengo un interés mucho más... importante. Terwa es una empresa holandesa con la que colaboramos: nosotros hacemos los productos de fijación y ellos los de elevación para el sector del prefabricado. Es una compañía con su historia, y podemos llegar a tener camino juntos. Esa alianza industrial es realmente la que me gusta. Ellos disponen de fábricas, nosotros también tenemos fabricas, y podemos hacer «algo» en conjunto para crecer juntos.

—¿La holandesa los comprará?

—El dueño de la empresa holandesa era un fondo de inversión que la vendió al que ocupaba el cargo de director general. Hoy es su propietario, y tiene mi filosofía. Quizá formemos una nueva empresa, cabecera de las dos pero que cada una mantenga su...

—¿De cuánto tiempo estamos hablando para que se unan?

—En el año de la pandemia iniciamos esta conversación. En el 2022 tendremos que retomarla y ver qué hacemos. Incluso, quizá los primeros pasos se centren en hacer algo común en un país como Alemania. Quizá sea un camino de inicio para tomar otras decisiones. En definitiva, lo lógico es que lleguemos a algún acuerdo de cooperación: poner en marcha una tercera empresa a través de la que aportemos más valor en el mercado. Se trata de aunar esfuerzos. Recense en el 2022 podría sentar las bases para crecer junto con Terwa. El crecimiento internacional potente debería de ser con ella.

—Tiene tres hijos. La sucesión la tiene garantizada. No le dejará hacer a la holandesa lo que quiera.

—La sucesión en las empresas deben de ocurrir a nivel dirección. Tiene que ser una persona adecuada. Si es uno de mis hijos, encantado; y si no, tendrá que ser un director general adecuado. La sucesión... Ellos disfrutarán lo que les toque, pero lo principal es que la empresa siga y siga creciendo.

—¿Cuántos ingenieros tienen en plantilla?

—Cuatro.

—¿Y mujeres?

—18.

—¿Su plantilla le ha sacado de algún apuro?

—«Ya nos organizamos nosotros porque lo que está claro es que hay que hacerlo», me dijeron un día que tuvimos que empezar a trabajar en turnos de noche. Una de las ventajas de A Pontenova es que hay gente con mucha formación. Hubo profesores históricos de matemáticas y física, que hicieron mella en la educación de la zona. Los ingenieros que he mencionado son todos de aquí. En FP pasa lo mismo. Creo que es una zona de personas muy trabajadoras. Me acuerdo de los profesores don Jaime Coladas y de don Enrique Muruais. Precisamente Muruais, que me tocó en la etapa de EGB, venía con nosotros en el autobús. Los de mi zona llegábamos una hora antes de que empezase el colegio. Cuando llevaba cuatro días con la ruta se levantó y nos dijo: «¿Qué les parece si damos una clase extra de matemáticas de 9 a 10?». Y la teníamos todas las mañanas. Era gente con vocación que aportó mucho. Cuando ahora vienen chavales que solo han hecho la ESO y han dejado de estudiar, procuramos convencerlos de que continúen sus estudios. Si no lo hacen, en el futuro lo tendrán muy complicado. Con solo la ESO es difícil que puedan defender una familia, tener hijos y salir adelante.