Envidia nos dan nuestros vecinos asturianos. Sí, con los que compartíamos tren de vía estrecha. Esa línea que desde Ferrol atraviesa A Mariña lucense siguiendo la franja litoral y entrada en Asturias y sigue al País Vasco. Preciosa, romántica y lentísima. Poco práctica y poco útil, no va nadie. Se ve que los vecinos asturianos se han cansado del romanticismo y van a llegar a Madrid a partir de noviembre en el AVE, ya dispondrán de los trenes Alvia, en alta velocidad. La línea llegará hasta Avilés. Esa, veo, es la previsión.
O sea que los mariñanos tendremos la alta velocidad delante de nuestras narices prácticamente, pero a nuestra disposición continuarán los viejos trenes de vía estrecha, lentos, para apreciar mejor el paisaje, el mar, y aún así descarrilan. Eso sí, seguramente seguiremos viajando gratis porque la mayor parte de las veces en el tren no viaja ni el revisor. Y ni aún así no subimos, salvo los jóvenes que los fines de semana van o vienen al botellón sin problema.
Tenemos el aeropuerto de Asturias a apenas una hora. Ahora el tren de alta velocidad ahí, donde alcanza la vista, pero hay una línea maldita, trazada por el Eo, que delimita ambas comunidades y unas están en materia de infraestructuras en el siglo XXI y otros para llegar en transporte público a Pontevedra o a Vigo y volver, tenemos que disponer de más de un día. ¿Pero qué hemos hecho?