Enterrados 54 mariñanos de 1946 a 1949 en la Beneficencia de La Habana: su recuerdo

Martín Fernández

A MARIÑA

ARCHIVO MARTÍN FERNÁNDEZ

En total fueron enterrados 735 gallegos en el panteón de la Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia en el cementerio de la capital cubana

13 may 2023 . Actualizado a las 21:50 h.

Un total de 735 gallegos fueron enterrados en el panteón de la Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia en La Habana entre 1946 y 1949. De ellos, 54 eran de A Mariña. La sociedad, fundada en 1871, tenía fines benéficos, caritativos, protectores y asistenciales. Con tres prioridades: socorrer con donaciones mensuales a paisanos desvalidos y sin trabajo; facilitarles asistencia sanitaria si estaban enfermos y una sepultura, en caso de muerte; y asumir la repatriación de los que tuvieran que retornar.

Naturales de Galicia es la sociedad decana de la emigración y una de las mayores obras filantrópicas de los gallegos de Ultramar. La constituyeron una treintena de emigrantes, ricos y solidarios, que realizaron importantes donaciones iniciales. Su lema era Por Galicia y Para Galicia y propició, años después, el nacimiento del Centro Gallego. La sociedad evolucionó del ámbito asistencial al cultural y realizó festivales de música, charlas y homenajes y cada 25 de julio celebró el Día de Galicia con una gran fiesta y desfile por las calles habaneras.

Sus recursos provenían de la cuota de los socios y de los legados e ingresos extra de sus festivales anuales. Llevaba un registro con los socios que percibían ayudas económicas por su difícil situación, muchos de ellos ingresados en el hospital La Benéfica. Y en 1933, bajo la presidencia de José Moure y Saco, edificó un majestuoso panteón en el cementerio de Colón, en La Habana, que su homólogo Juan Varela Grande inauguró en 1936 y amplió en 1940 debido al gran aumento de socios. Está construido en granito y mármol, tiene 472 nichos y 1.121 osarios, en cada esquina lleva el escudo de cada provincia y en el centro, la escultura en bronce de una familia afligida.

De todos los concellos

En la cripta, en los tres años citados, fueron enterrados 399 emigrantes gallegos, 29 de A Mariña. De Viveiro, cinco: Dolores Otero Andrade, de 82 años de edad, de Galdo; Manuel Bahamonde Díaz, 80; Vicente Río Fernández, 70; José García Vigo, 65 y Antonio Rodríguez Camba, 55 años. De Ourol, uno: Ricardo Gómez Gómez, de 26. De Barreiros, ocho: Manuel González Lorenzo, 48; Ignacio Freire Cid, 52; José Amor Rodríguez, 69; Cosme Rodríguez Pérez, 45; Fernando González Gómez, 63; Manuel Rocha Méndez, 55; José Ramón Díaz Moreda, 73; y Pedro Iravedra Alejos, 57. De Castropol, uno: Matilde Díaz Fernández, 75. De Trabada, cinco: Manuel Díaz García, 41; Andrés Álvarez Valea, 63; Antonio Fernández Domínguez, 52; Amada Amador Fernández, 54, y Manuela Barcia Barrera, 75. De Foz, dos: José López Mosquera, 41 y Amador Moreda Rega, 40. De Alfoz, uno: Rufina Reigosa Pérez, 66 años. De Ribadeo, uno: José Ramón Fuentes Rubal, 80 años. De Mondoñedo, tres: José Maseda Uz, 43; Jesús Rubiños Ledo, 47 y Antonio Álvarez Barreiro, 62. De A Pontenova, uno: Vicente Tribín Rivas, 63. Y de Lourenzá, uno: Calixto Varela Ventoso, de 75 años.

Una sociedad con 5.929 socios y gran capital que tuvo directivos de Ribadeo, Viveiro y Barreiros

Naturales de Galicia tuvo como órgano oficial La Vida Gallega en Cuba, una revista que recogía noticias, crónicas, anuncios de comerciantes y todo lo referente a la vida social de los gallegos en la isla, con especial atención a la labor de la Sociedad Benéfica. Según la Memoria de 1949, la entidad tenía ese año 5.929 socios y el valor de sus propiedades y productos netos obtenidos de ellos sumaban 215.429,32 y 9,388,67 pesos, respectivamente. Ese mismo año, el Balance General establecía que el capital global de la sociedad era de 317.620, 40 pesos.

Desde su fundación en 1871, A Mariña tuvo destacado papel y presencia en su funcionamiento. El tabaquero devesano Pedro Murias fue uno de los que, con sus legados, pusieron en marcha la sociedad. Él y otros hacendados gallegos como Benito Nogueira, Fernando Blanco, José Culuminas, José Rodríguez del Villar, García Barbón, Antonio Rodríguez Vázquez o José Ramos Lorenzo, entre otros, hicieron donativos por un valor de 126.335,42 pesos. Con esa base, el primer presidente provisional fue Ambrosio Tomati y el electo, Juan Mes.

A lo largo de su trayectoria, varios mariñanos fueron directivos y tuvieron responsabilidades de gestión. Entre otros, Antonio Rodríguez Vázquez, de Viveiro, presidente de 1938 a 1939. José R. Díaz Moreda, de Barreiros, vicepresidente tras la guerra. Los ribadenses Luis Cotarelo Reinante, interventor; José Martínez Piñón, viceinterventor; el devesano Urcelino Rodríguez Debén; y Álvaro Rodríguez Salvatierra, nacido en Vilaousende el 6 de agosto de 1901, hijo de Antonio y Balbina, vecinos de esta parroquia en la que su abuelo había sido maestro…

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La fiesta del Aguinaldo y un gran cementerio con jardineros gallegos

Por su parte, en el osario del panteón, entre 1946 y 1949 fueron sepultados 336 emigrantes gallegos fallecidos antes de las citadas fechas. De A Mariña eran 25. De Viveiro, cuatro: José Ramudo Chao (fallecido en 1941); Vicente Penabad Meitín (1938); Manuel de la Fuente Millor (1938) y Antonio Lago Pérez (1943). De Barreiros, tres: Venancio López Pacios (1942); Francisco Penabad Fernández (1941) y Domingo Álvarez Calvo (1944). De Ribadeo, seis: Venancia Pérez Otero (1935); Ramón Rodríguez Fernández (1936); José B. Martínez Graña (de A Devesa) (1942); Urcesindo Eirás Moreda (1942); Hipólito Maseda Rodríguez (1937) y Pedro Rodríguez Fernández (1943). De Mondoñedo, tres: Juan Rodríguez Fernández (1929); María Josefa Maseda Otero, (1937) y José Rivas Vázquez (1943). De Ourol, cinco: Generosa Gómez Carballés (1938); Ramón Rodríguez Díaz (1944); Jesús Vázquez Camba, de Xerdiz (1943); Pedro Vázquez Rey, de Bravos (1944) y Marcial Ares Rodríguez (1944). De Cervo, uno: Ramón Cagide Calvelo, fallecido en 1940. De O Valadouro, dos: José Braña López (1943) y Julia Cora Fraga (1945). Y de A Pontenova, uno: José Acevedo Corbeira, de Vilaodrid, fallecido en 1945.

Se da la circunstancia de que la mayoría de los jardineros del Cementerio de Colón, en La Habana, eran gallegos, en su mayor parte de A Estrada (Pontevedra). Asistían a los entierros y hacían un mantenimiento mensual a panteones particulares y de sociedades. Su puesto de trabajo pasaba de una generación a otra.

Naturales de Galicia dedicó todos sus fondos a ayudar a los más necesitados. Compartían directivos y socios con el Centro Gallego donde estaba su secretaría y despacho. Allí celebraban una de sus fiestas más concurridas y esperadas, la Fiesta del Aguinaldo en Navidad. Recaudaban donativos en efectivo o especies que empresarios y comerciantes aportaban y que se convertían en espléndidos aguinaldos, entre otros cajas de leche, aceite, arroz, higos, guayabas, azúcar, café, vino dulce, jabones, tabaco, etc. etc.