Mascarilla y medicinas sin receta, foco «de discusión continua» en las farmacias

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Farmacias de A Mariña recuerdan que hay medicamentos que no se pueden vender sin receta
Farmacias de A Mariña recuerdan que hay medicamentos que no se pueden vender sin receta PEPA LOSADA

Boticas de A Mariña recuerdan que el uso del protector en ellas es obligado

21 mar 2023 . Actualizado a las 13:25 h.

La mente es tan compleja que los tiempos en los que la mascarilla era obligatoria en cualquier lugar público debido a la pandemia del coronavirus parecen lejanos. Tanto que hoy resulta fácil olvidarse de ella en los escasos espacios donde, por ley, sigue siendo obligado utilizarla: los centros y servicios sanitarios y sociosanitarios, así como las oficinas de farmacia. «La mascarilla acaba siendo un motivo de discusión continua y casi todos los días se generan debates que no llevan a ningún lado porque la norma no la establecemos en las farmacias sino en el Gobierno», indican en una de las muchas boticas de A Mariña en las que a diario entran personas sin el cubrebocas protector. La comprensión, la amabilidad y la mano izquierda hacen que en parte de los negocios se entregue gratuitamente, a coste cero para el cliente, una mascarilla. Pero a veces el debate se enquista.

Otro de los caballos de batalla a los que, por increíble que pueda parecer a estar alturas, se siguen enfrentando las farmacias es a las peticiones de determinados medicamentos que se expenden obligatoriamente con receta. «Es importante recordar que tanto los ventolines, como los antibióticos o determinados medicamentos para tratar la infección de orina se venden siempre con receta. En las farmacias no podemos entregarlos si no hay recetas», apuntan. En ese sentido recuerdan que, hoy en día, es sencillo conseguir la actualización de este tipo de prescripciones médicas a través de las citas telefónicas, y ya no es necesario «pasar la mañana» en el centro de salud esperando a ser atendido por el médico de cabecera, como ocurría antaño. Especialmente cuando se trata de medicamentos destinados a tratar enfermedades crónicas, cuya renovación puede realizarse de forma casi automática. «Las normas no se hacen para fastidiar a nadie, y cumplirlas es un ejercicio de responsabilidad y de civismo», indican en una farmacia mariñana.