La envidia duele

ALICIA LAGE NEIRA, psicóloga

A MARIÑA

11 mar 2023 . Actualizado a las 20:14 h.

La envidia es una emoción social que surge de la comparación con los demás. Esto sucede alrededor de los 3 años cuando comenzamos a interactuar con nuestros compañeros en el juego y quisiéramos el mismo juguete. No hay nada de malo en eso, solo muestra un deseo o anhelo por lo que el otro tiene.

Ahora bien, si nuestro pensamiento cuando nos comparamos nos pone en desventaja, y nos sentimos víctimas de las circunstancias ante tal tropelía, es de justicia sentir y disfrutar de nuestra alegría al ver el mal ajeno, "la venganza de los impotentes” que diría Nietzsche.

Curiosamente, cuando esto sucede, al ver la desgracia de otra persona, en la mente del envidioso se activan los circuitos de recompensa y placer. En la revista Science Inage-Ku (Japón), neurocientíficos del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas informan que la envidia despierta un área del cerebro involucrada en el registro del dolor físico -la corteza cingulada anterior- tal como un golpe o patada en la zona más noble de nuestro cuerpo. Ni sana ni malsana, la envidia es envidia. Lo socialmente entendido como envidia mala es la “destrucción del otro”. Tal malicia no aparece en la envidia sana, que es más benévola. Y ya que la envidia existe, mejor que sea esta última, por ser más adaptativa, y nos permite enfocarnos en cómo podemos mejorar nosotros mismos. No habrá mejor manera de canalizar constructivamente nuestra energía hacia la consecución de nuestros objetivos que deben ser propios y no impuestos por ser mejor que nadie, sino por ser mejor de lo que fuimos. Solo así seremos libres.

* Alicia Lage Neira, gerente de la clínica Sinapsis en Burela. Psicología y Logopedia.