No estoy de acuerdo (sobre la falta de médicos)

A MARIÑA

Xaime Ramallal

16 feb 2023 . Actualizado a las 13:43 h.

Ramón Ares, máximo responsable del Sergas en la provincia de Lugo, afirma que las condiciones en infraestructuras de La Mariña son responsables para la ausencia de médicos, si bien hay especialidades en las que puede catalogarse la no disponibilidad como un problema estructural. Si fuera esto último cabría señalar que el sistema MIR debe ser revisado, ya que no es capaz de dotar con especialistas titulados y formados al Servicio Nacional de Salud. El problema es de planificación y corresponde al Ministerio de Sanidad que en sus reuniones interterritoriales debería haber identificado el desajuste entre demanda y oferta formativa.

Me sorprende que los Colegios Oficiales de Médicos no hayan dado la voz de alarma. Incluso, las sociedades que agrupan a los médicos especialistas también deberían haber avisado del desajuste que se produce entre demanda poblacional, en especial por envejecimiento poblacional y aumento de la frecuentación de los usuarios a servicios de asistencia sanitaria y la propia pirámide demográfica de los sanitarios desde la que resulta muy fácil advertir en qué momento se producirán las jubilaciones y a cuantos efectivos afecta.

Pero hay otro espacio sobre el que me tengo que oponer. No es cierto que la calidad de vida por equipamientos y servicios de toda índole entre los que cuento las comunicaciones, sean causa de la falta de médicos en atención primaria y hospitalaria más allá de las grandes urbes con sus hospitales generales. La inmensa mayoría de los facultativos pertenecientes al SERGAS distribuidos por la antigua provincia de Mondoñedo, viven en tal espacio, y cuando se jubilan siguen haciéndolo. Nuestra comarca Cantábrica es un paraíso con unas condiciones residenciales mucho más económicas que la que soportan los trabajadores de la salud en los grandes espacios como son: A Coruña, Santiago y Vigo. Incluso Ourense, Pontevedra y Lugo.

El sistema debería fidelizar a los médicos en formación con las comarcas. Lo hizo la Dirección de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid mandando residentes de último año a conocer y servir en lugares como Las Urdes. Así lo justificaba el jefe de estudios, doctor Figueras, junto al director profesor Segovia de Arana. Así lo hice yo mismo con residentes de último año que estaban en grandes hospitales en Madrid y Barcelona, logrando que terminaran su especialidad en la comarca del Occidente de Asturias con su Hospital de Jarrio.

Y es que la dotación de médicos para las diferentes actuaciones asistenciales deben ser fruto de una gestión en la que deben formarse tantos médicos como se vayan a necesitar y por especialidades, pero también esa formación debe servir al propio sistema que los forma, de tal suerte que el destino puede ser un compromiso obligatorio de prestar servicios en las áreas de la periferia dónde hay vacantes y tradicionalmente menos atractivo para residir y trabajar.

Lo que antecede debe sumar a evitar la precariedad. Esos contratos por horas o días, en el sector público que debe ser nicho de empleo y desde luego ejemplo para el sector privado, no debería contratar a sanitarios por menos tiempo de un año. Lo hice en Jarrio y para la comarca del Occidente de Asturias. Tal conducta debe ser estimulada por otros agentes sociales y políticos. Me refiero a los concellos y a los sindicatos.

No es la primera vez que les recuerdo a los sindicalistas del sector sanitario que no sólo representan a los trabajadores sanitarios, son también antenas sociales de la población que se beneficia económicamente de estos trabajadores y el servicio público esencial que prestan. O a los alcaldes que siendo la primera Institución por cercanía, deben intervenir en los planes de salud del territorio, sus esperas y sus recursos.

* Pablo Mosquera, médico, fue director gerente del Hospital Público de A Mariña.