
El día 1 de este mes me presento en la oficina del Instituto Nacional de la Seguridad Social de Viveiro. La última vez que acudí no necesité cita previa, por eso esta vez confiando que me atenderían acudí a realizar una consulta sobre una solicitud que había cursado hace unos meses. Nada más entrar fui reclamado a viva voz por un guardia de seguridad sin contestarme siquiera a los buenos días que yo había dado. Me preguntó si tenía cita y le contesté que no. Entonces imposible. Yo le dije que tenía más de 65 años y que había recorrido 30 kilómetros para hacer la gestión, que por favor avisara a la directora que quería exponerle la situación. De muy malas maneras, con aspavientos y haciendo gala de muy mala educación me dijo que «esperara por ahí».
Al cabo de un rato vino la directora de la oficina. Me dijo que imposible, que lo de mayor de 65 años hasta que recibieran instrucciones no llevaban a cabo esa medida. Le expliqué que era una consulta que le llevaría 2 minutos. Que solo había una persona esperando, que recorriera 30 kilómetros y que había dos funcionarios sentados sin nadie a quien atender. Le dio exactamente lo mismo. Le comenté que iba a poner una queja y en un tono chulesco me dijo, «hace usted muy bien».
Es patético lo que están haciendo con nosotros. No tienen conciencia y mucho menos empatía. Ellos son culpables pero considero más culpable a quien se lo permite. De todo lo relatado, lo que más me dolió fue el trato del guardia de seguridad, cada vez que pienso en su actitud, no me lo creo.
*Fdo. Vicente Fernández Iglesias, vecino de O Vicedo.