
¿Qué pasa al este de la campana de Gauss con ese casi 2% de la población que es superdotada?
La campana de Gauss se aplica en Psicología para medir la inteligencia. En el centro está la gente con coeficiente normal; a la izquierda, los que están por debajo; y a la derecha los superdotados.
En contra de lo que pudiera parecer, las altas capacidades no implican éxito académico, profesional ni personal. Muy al contrario, si esa excepcionalidad no es reconocida y no se le da la respuesta necesaria, puede ser el origen de una gran infelicidad y de trastornos que empujan a la depresión, a la ansiedad...
Según datos del Ministerio de Educación para el curso 2019/2020, de los 8,2 millones de alumnos escolarizados en España sólo 39.173 están identificados como de “alta capacidad”, lo que supone apenas el 0,47% del total. Muchos superdotados engrosan las cifras del fracaso escolar y otros viven toda su vida sin saber de su alto coeficiente intelectual. Como lo que no se identifica, no existe, muchos de ellos pasan por el sistema escolar sin pena ni gloria, otros con diagnósticos erróneos de problemas de conducta, hiperactividad, asperger, etc.
Quizás el problema radica en que no hay un consenso entre las distintas comunidades autónomas en cuanto a los criterios diagnósticos y nosológicos que definen la “alta capacidad”.
Ni siquiera se habla de ella en los manuales clínicos porque, a día de hoy, no es un trastorno del neurodesarrollo. Pero, ¿debería serlo? ¿Tendríamos así una unificación del criterio que facilitaría el diagnóstico?
A los profesionales se nos presentan en la consulta con mucha frecuencia, casos que demandan intervención por sintomatología ansiosa y depresiva, con fracaso escolar y falta de motivación, con problemas de adaptación o de acoso...
Como mares azules de esperanza y calma, hay que destacar la gran labor del profesorado que, falto de recursos y de formación específica para identificar estos problemas, es capaz de guiar a sus pupilos y enseñarles a volar abrazando sus necesidades.
Un profesorado que se aleja del “yo no lo veo”, escucha a las familias, a los clínicos y, sobre todo, a sus alumnos. Como escribió Marie Curie: “Nada en este mundo debe ser temido... solo entendido. Ahora es el momento de comprender más, para que podamos temer menos”.
* Alicia Lage Neira, gerente de la clínica Sinapsis. Psicología y Logopedia.