Con el motociclismo en las venas

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Mateo Atehortua, solo 7 años y afincado en Viveiro, apunta a campeón: ya entrena con la escuela KSB de Outeiro de Rei y ganó el trofeo de la Copa BS21

02 feb 2023 . Actualizado a las 21:35 h.

Solo tiene siete años, pero ya hace sombra a muchas promesas de mayor edad sobre una minimoto. Mateo Atehortua (Armenia del Quindío, Colombia, 2015) lleva el motociclismo en las venas y, mientras crece en Viveiro, forja su talento en la escuela KSB de Outeiro de Rei. Apenas tenía cuatro años cuando comenzó a desarrollar sobre vehículos a motor de dos ruedas una pasión que ha heredado de su familia paterna.

«En Colombia ya competía mi abuelo, también mi padre y luego yo, aunque ahora estoy mucho más enfocado en él», relata Kevin, el padre de un niño que desde muy pequeño mostró madera para seguir la tradición familiar y que encontró en Outeiro de Rei un circuito donde forjar su carrera. «Un día de paseo por allí lo vimos, nos dio por preguntar y comenzó a entrenar», relata.

Campeón de la Copa BS21

Mateo, que ya se preparaba con una motocicleta de 90 y con marchas, ha sorprendido en sus primeras oportunidades competitivas. «Para ser el primer año, le fue bastante bien. Tras varios meses preparándose y pese a competir contra chicos bastante más mayores, ganó la primera carrera de minimotos que organizaron en la escuela, la Copa BS21. En la siguiente, con la moto que le puso la escuela, tuvo bastantes dificultades y acabó cuarto», destaca Kevin.

«Luego hizo otras dos carreras en las que quedó segundo y tercero, y también corrió en otra de categoría iniciación en el circuito de As Pontes, y también terminó segundo. Es el único chaval de Viveiro que compite, la mayoría son de Lugo, A Coruña y por ahí», añade.

Con dos motos de su propiedad sobre las que ensaya, el progenitor admite los esfuerzos económicos que supone la práctica de este deporte. «Es muy caro, requiere andar seguido con reparaciones a la que hay cualquier problema», dice Kevin, quien, sin embargo, considera que compensa por lo que disfruta su hijo cuando compite.

En Viveiro desde bebé

«En el colegio se han interesado por ello y los profesores le han pedido que exponga a sus compañeros lo que hace», declara orgulloso sobre un Mateo que llegó a Viveiro cuando apenas tenía un año. «Aquí vivía mi madre, que estaba sola, y nos convenció a mi mujer y a mí para quedarnos con ella», relata un hombre de origen colombiano que se siente en casa en Viveiro, donde su hijo de solo siete años sigue con pasión sus pasos en el motociclismo.