Año nuevo, propósitos nuevos

Alicia Lage Neira GERENTE DE LA CLÍNICA SINAPSIS EN BURELA

A MARIÑA

Alicia Lage, a la derecha
Alicia Lage, a la derecha

09 ene 2023 . Actualizado a las 21:13 h.

Año nuevo, propósitos nuevos. Dejar de fumar, ponerse a dieta, acostarse más temprano, dedicar menos tiempo al trabajo y bla, bla, bla... Una de cada tres personas reconoce que ya en enero abandona sus metas. Y solo un 10 % asegura que nunca incumple sus propósitos.

¿Dónde se origina nuestra fuerza de voluntad y la adquisición de hábitos? La neurociencia identificó que la fuerza de voluntad reside en las neuronas de la corteza prefrontal de nuestro cerebro.

El problema reside en que esta zona cerebral está pluriempleada, gestiona la memoria a corto plazo, planifica las tareas del día, adopta una media de cinco decisiones diarias, mantiene la concentración y la atención, gestiona las relaciones sociales e, incluso, resuelve problemas abstractos.

Con tal cúmulo de tareas, es lógico que la voluntad flaquee. Y, en consecuencia, si queremos perseverar en la consecución de nuestros objetivos, lo mejor es no agotar sus recursos. Dormir bien puede ayudarnos a no debilitar nuestra fuerza de voluntad y a no caer en comportamientos impulsivos porque, cuando dormimos, se reduce la actividad de la corteza prefrontal, sede central del autocontrol.

Científicos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) afirman que echar una siesta de no más de 60 minutos puede ayudar a mantener ese autocontrol. Evitar el estrés y tener en cuenta la variable tiempo —es más fácil cumplir un objetivo si se fija en 365 días que en 12 meses o 1 año— es otra de las formas que ayudan a cumplir nuestros proyectos.

Pero puede suceder que adquirir un nuevo hábito —o desprendernos de uno antiguo— acabe perjudicándonos. Para nuestro cerebro es más cómodo ejecutar rutinas que ya conoce pues apenas requieren consumo de energía y están automatizadas. Cambiar de costumbres implica una atención constante y un esfuerzo repetido durante una media de 66 días. Y con nuestra corteza frontal sobrecargada de tareas, a veces, las buenas intenciones no son suficientes...

Pero si, por ejemplo, los deseos de alguien son dejar de fumar, los neurocientíficos podemos ayudar a través de la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMT). Una técnica que permite aumentar la capacidad de inhibir el hábito fumador y, a la vez, reducir la necesidad de fumar durante el período de deshabituación. Y que ofrece un alto porcentaje de tasas de abandono.

* Alicia Lage Neira, gerente de la clínica Sinapsis en Burela. (info@sinapsispsicologiaylogopedia.com).