Arte en homenaje a los prisioneros del campo de concentración de Arnao

y. g. CASTROPOL/ LA VOZ

A MARIÑA

CEDIDA

En el espacio que ocupó en Figueras (Castropol) de 1938 a 1943 el centro de reclusión se ha alzado una escultura del artista Carlos García para «dignificar la zona»

30 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos García, artista asturiano, es el autor de una escultura que representa las siluetas de una mujer y una niña. Están de perfil. Se cogen de la mano. Ante ambas, unos barrotes. Es la escultura que ha sido instalada, según anunció la Consejería de Presidencia del Principado de Asturias, en el espacio que ocupó entre 1938 y 1943 un campo de concentración, el de Arnao, en Figueras (Castropol). La obra, señalan, un homenaje a «las miles de personas que penaron en sus barracones, fundamentalmente mujeres, niñas y niños». El área es actualmente una explanada que ofrece la función de área recreativa, con el campo de tiro y el club aeronáutico al lado. «La intención del Principado _señalan_ es dignificar todo el espacio y reconocerlo como lugar de memoria».

Una pieza escultórica de casi 40.000 euros de coste

La obra de Carlos García, cuyo coste cifra el Principado de Asturias en 39.600 euros, es de «acero cortén, de 2,5 metros de alto, 1,5 de ancho y 2 de profundidad», explican.

¿Cómo era el campo de concentración de Arnao?

Desde el Gobierno asturiano explican que el campo de concentración de Arnao «fue uno de los que más tiempo estuvo en funcionamiento durante la represión franquista» y lo describen así: «Cada barracón medía 32 metros de largo por 10,70 de ancho y todos estaban pintados de color gris oscuro. Entre ellos había una caseta, también de madera, así como un subterráneo destinado a almacén de víveres. Más tarde se construyó otra nave para albergar a las fuerzas de guarnición. Fuera de ese conjunto se ubicó otro barracón dedicado a enfermería, con capacidad para 27 camas. Además, había una casa que se utilizaba como oficina administrativa y vivienda de oficiales, así como una garita de guardia, una fuente de agua potable y, posteriormente, otro inmueble destinado a cocinas. El campo estaba cercado con alambre de espino y una serie de fortificaciones ligeras de campaña para facilitar su defensa».

«Fue uno de los que más tiempo estuvo en funcionamiento durante la represión franquista»

El 5 de septiembre de 1939 se clausuró ese espacio pero, añaden, «está documentado que siguió funcionando como campo de concentración para presos gubernativos, ya bajo el mando de la Dirección General de Prisiones».