¡No hay médicos! ¿Cómo es posible?

A MARIÑA

17 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El derecho a la vida -fundamental- está muy ligado con el derecho a la salud -social- que es Constitucional y transferido al Estado de las Autonomías. Pero ante el ciudadano se simplifica en el espacio socio sanitario que se denomina calidad de vida mediante acceso a la asistencia sanitaria integrada e integral.

Siempre sostengo que la mejor de las empresas creadas en nuestra comarca-antigua provincia de Mondoñedo- no fue ALCOA, ya que puedo demostrar con datos sanimétricos y económicos que fue la creación y adecuación del HOSPITAL sito en Burela.

Los indicadores sobre calidad de vida, riqueza, trabajo y consumo, se vieron muy mejorados por la presencia de la empresa pública hospitalaria que gestiona el SERGAS.

¡No hay médicos! Lo dicen como justificación del problema que saca a las calles a los sanitarios. ¿Cómo es posible? España tiene funcionando 46 Facultades de Medicina. Colegiados, el pasado 2021, a 283.811 médicos. Dispone de 13.083 centros de salud- 397 en Galicia-.

Los médicos dicen que se marchan a otros países por resultarles insoportable el coctel sueldo-horario-carga de trabajo-precariedad

laboral. Los observadores sociológicos dicen que los gestores están politizados, y sin méritos sanitarios obedecen órdenes de quienes

prefieren hacer kilómetros de alta velocidad que dotar de sanitarios expertos al sistema.

Las familias se quejan del tiempo que cuesta lograr que un médico esté en condiciones de hacerse cargo del trabajo -carrera y MIR- Las sociedades científicas controlan a la baja la salida de nuevos especialistas por miedo a una plétora que haga descender aun más los

emolumentos de los facultativos.

El envejecimiento de la población ya no resiste el ratio de personal sanitario por población usuaria.

La super-especialización ha sido enemiga del médico generalista y del internista. Dos figuras que antes eran el núcleo para la asistencia sanitaria.

El sistema se ha hecho enrevesadamente complicado, cargado por las costosas herramientas que aun no han sido amortizadas cuando la generación siguiente está llamando a la puerta. El sistema obliga al usuario a ser urgente colapsando tales espacios, optar por la medicina privada para salir de interminables listas de espera.

Mientras el horario de uso para los medios -capital inmovilizado- apenas llega a las ocho

horas diarias en el sector público.

Tras la pandemia han aflorado algunas cuestiones que ahora resultan intolerables para los sanitarios. Las listas de espera no sólo las soporta el usuario, influye en las condiciones en las que llega el paciente a la

consulta con reclamaciones previas o empeoramiento de sus dolencias.

Una mayor tendencia a derivar pacientes de atención primaria a la especializada, precisamente por las esperas que se han formado en los Centros de Salud. Incumplimientos de los incentivos económicos prometidos durante la pandemia cuando el sistema dependía de la voluntariedad del personal -auténticos héroes-. No hubo escarmiento en

los errores: los gestores no han sido capaces de valorar la actividad sanitaria como inversión productiva y así dotarla.