Arona Sané, jugador del Viveiro: «De Simeone nunca dejas de aprender, exige mucho trabajo»

A MARIÑA

xaime ramallal

El extremo senegalés debutó en Primera con el Atlético de Madrid y quiere relanzar su carrera en Cantarrana

01 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Arona Sané (Sindja, Senegal, 1995) trata de reconciliarse con el fútbol en el Viveiro CF. Tras brillar en la cantera del Atlético de Madrid y debutar en Primera de la mano del Cholo Simeone hace apenas cuatro años y medio, una grave lesión frustró en Croacia la progresión de un extremo diestro que busca otra oportunidad en el grupo gallego de Tercera Federación.

«Ahora estoy jodido», reconoce el extremo diestro tras el 6-0 que sufrieron los mariñanos en la visita al Fabril. «Todavía estamos en fase de construcción porque solo continúan cuatro o cinco jugadores del año pasado y llegamos muchos nuevos. Jugábamos contra un rival muy fuerte y cometimos errores», reconoce un futbolista que se sumó al proyecto de Cantarrana pocos días antes de empezar la competición.

«Me he adaptado muy bien por cómo me han acogido mis compañeros y el trato del cuerpo técnico», añade un hombre que cuenta con la confianza de su entrenador, Alberto López, ha sido titular en las siete jornadas y estrenó su cuenta goleadora como celeste hace apenas dos, en la victoria por 1-3 ante el Barco. «Tenía ganas de volver a sentirme importante después de lo que pasé en Croacia y de no tener demasiada continuidad en el Langreo y el Alondras el año pasado. No me vale con lo que he hecho hasta ahora, tengo ganas de aportar mucho más», resalta decidido a reflotar a un conjunto que marcha penúltimo con seis puntos. 

Se rompió el peroné

En tres temporadas con el NK Istra 1961, Arona Sané acumuló 46 encuentros, un tanto y dos asistencias en la Primera División croata, pero sufrió también la cara más amarga del deporte: «En la primera temporada me rompí el peroné y cuando volví llegó el covid. Lo pasé muy mal, nunca había tenido lesiones graves y mentalmente te hacen sufrir. No dejaba de preguntarme si volvería a jugar al fútbol, si recuperaría mi nivel. Tuve suerte de contar con el apoyo de mi familia, los compañeros y los médicos».

«Lo pasé muy mal, nunca había tenido lesiones graves y mentalmente te hacen sufrir. No dejaba de preguntarme si volvería a jugar al fútbol, si recuperaría mi nivel»

El senegalés había abandonado su país «sin ningún familiar» persiguiendo un sueño después de que el Atlético de Madrid lo viese en un campus. «Pasé diez años en el Atlético, es mi casa», rememora. Durante los tres últimos estuvo en la dinámica del primer equipo, a las órdenes de Diego Pablo Simeone. «Nunca dejas de aprender de él, te exige mucho trabajo. No es fácil entrenar a esa intensidad», añade sobre un equipos en el que hizo buenas migas con compañeros de promoción como Thomas Partey y Saúl o Filipe Luis, «con el que más charlaba»: «Diego Costa, Gameiro, Griezmann, Godín... Son todos ejemplos a seguir, muy buena gente».

Se queda con dos grandes momentos dentro de una «etapa preciosa»: «El ascenso con el filial a Segunda B y el debut en Primera». «Fue una pasada. Fernando Torres me facilitó mucho las cosas», rememora de un partido que perdieron 0-2 en el Metropolitano ante el Espanyol y en el que sustituyó a Vitolo a los 25 minutos. «Fue en mayo del 2018, justo esa semana estábamos preparando la final de la Euoropa League contra el Olymique de Marsella», recuerda sobre una cita inolvidable para los colchoneros y también para un hombre que todavía sueña con ganarse otra oportunidad en la élite «con mucho trabajo».