Ganaban hasta cinco mil euros al mes estafando a peregrinos diciéndoles que el dinero era para varias ONG

La Voz

A MARIÑA

GUARDIA CIVIL

Actuaban en rutas xacobeas de la provincia, especialmente en el Camino Francés, más concurrido; hay cuatro detenidos

25 oct 2022 . Actualizado a las 15:31 h.

La Guardia Civil detuvo este lunes a cuatro integrantes de una banda criminal como supuestos autores de un delito de estafa continuada contra los peregrinos de las rutas xacobeas de la provincia, sobre todo por el Camino Francés, más concurrido. Son vecinos de Lugo, de entre 20 y 50 años, que se hacían pasar por miembros de entidades como Cruz Roja o Cáritas para pedir donativos. Podrían estar ingresando mensualmente unos 5.000 euros.

Los grupos de estafadores en el Camino de Santiago son un problema constante de la ruta jacobea, que es denunciado cada año. Este 2022, año récord de peregrinos, la Guardia Civil detectó un aumento inusual de llamadas advirtiendo de la presencia de supuestos colaboradores de entidades benéficas que solicitaban donativos de manera insistente y entorpecían el paso de los caminantes. Se presentaron quejas y denuncias desde distintos puntos de España, entre las que la Guardia destaca la presentada por el representante en la provincia de una entidad benéfica.

En ocasiones anteriores, se habían hecho pasar por organizaciones de sordomudos, pero en esta ocasión actuaban en nombre de Cruz Roja o Cáritas.

Los agentes intensificaron la vigilancia en el Camino y activaron un dispositivo específico de investigación, consiguiendo identificar a un grupo estructurado y organizado, compuesto por cuatro personas de origen rumano residentes en la ciudad de Lugo. Las labores de cada uno de los integrantes del grupo «están perfectamente definidas».

Las mujeres se dedicaban a pedir donativos y a ocultar las ganancias obtenidas en su ropa interior para dificultar la labor policial y, mientras, los hombres realizaban labores de vigilancia. En ocasiones, cuando detectaban a mujeres o personas mayores que realizaban el Camino en solitario o en grupos reducidos, les cortaban el paso para intimidarlas para que colaboraran en su supuesta causa benéfica.

El grupo actuaba en tramos del Camino Francés sobre todo, con gran presencia de peregrinos, en sendas de difícil acceso para los coches. Para hacerse pasar por las entidades benéficas, Cruz Roja o Cáritas, los miembros llevaban ropa con logos identificativos.