Un vecino de Viveiro encuentra una manada de cuatro lobos cerca del monte San Roque y sube a un eucalipto para protegerse

Lucía Rey
Lucía Rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

El vecino de Viveiro, junto al árbol al que se subió al ver a los lobos
El vecino de Viveiro, junto al árbol al que se subió al ver a los lobos PEPA LOSADA

El hombre, de 45 años, halló a los animales en una pista transitada cerca el monte San Roque y fue auxiliado por un trabajador de un parque eólico

23 jun 2022 . Actualizado a las 21:58 h.

Minutos antes de las dos de la tarde de este lunes, Juan Carlos Vázquez Pérez contactaba con La Voz de Galicia con el miedo muy presente. «Chámovos porque me acaban de rodear catro lobos cerca do monte San Roque, por debaixo do Penedo do Galo cara a Xove, e os veciños anímanme a que o conte porque calquera día pode haber unha desgraza. Atopeinos e tiven que subir a un eucalipto por medo!», exclamaba este vecino de Viveiro de 45 años que por la mañana, en torno a las 10.30 horas, se llevó el susto de su vida mientras daba un paseo por una pista forestal transitada por caminantes o deportistas. Había emprendido el camino de vuelta a casa, en el lugar de Campo de Verdes, cuando divisó a lo lejos un animal grande. En un primer momento, creyó que era un jabalí, una especie muy abundante en la costa de Lugo, y siguió andando. «Debía estar a uns cen metros, pero foise achegando a min despaciño, coas orellas cara atrás e dándolle ó rabo... Viña cara a min e chegou a estar a 15 metros. Ó ver que era un lobo collín tanto medo que me virei, e niso vin os outros tres. Púxenme tan nervioso que ata me caeu o teléfono móbil mentres fuxía...», comentó.

De 80 o 90 kilos cada uno

El hombre cruzó la pista y logró subir a un eucalipto. «Xabaríns e cervos si, pero na miña vida vira un lobo, e atopar catro así foi tremendo», relata Juan Carlos, que subraya el gran tamaño que tenían los cánidos silvestres. «Eran criminais, debían pesar polo menos oitenta ou noventa quilos cada un», sostiene, y que fue auxiliado por un trabajador de un parque eólico que se dirigía a una subestación cercana. «Pasou todo en catro ou cinco segundos. Cando mirei, os lobos xa non estaban e viña o coche». Este amante de la naturaleza desmiente a quienes dicen que en la zona no hay lobos. Aunque en los últimos años los ataques al ganado, también al doméstico, sean una constante en Ourol y O Valadouro, y hasta en puntos cercanos al litoral de Viveiro, O Vicedo o Xove. También a los que dicen que no atacarían a una persona. «Non viñan en son de paz. Se non chega a vir o coche, estou seguro de que non terían recuado...», afirmó.

Un biólogo que estudia a la especie en la zona muestra sorpresa consultado al respecto y asegura que «normalmente os lobos esquivan no que poden á xente, agás que se sintan ameazados ou alguén se achegue demasiado a unha lobeira. Eu estou constantemente no monte, en territorio deles, e rara vez os podes ver. En ocasións é doado confundir lobos con cans semisalvaxes. Non coñezo ningún caso similar, no que houbese un acoso a unha persoa. Hai décadas que non hai documentado ningún ataque a seres humanos», indica.