Inma Costa, directora de la Banda Naval de Viveiro: «La banda es esencial en mi vida»

Dentro del Programa de Difusión Cultural viveirense fue coprotagonista en el Certame de Bandas, antes de poner rumbo hacia otro, al de Sahagún en León, y desde el Domingo de Ramos entrando de lleno con actuaciones por Galicia, fundamentalmente en Betanzos, Ferrol y A Coruña, justo antes de pisar de nuevo Viveiro, en este Jueves Santo. La Banda Naval agradece la intensa actividad de Semana Santa, después del obligado parón debido a la pandemia. Su directora, Inma Costa, respira por fin, tranquila e ilusionada: «¡Muy bien!».

—¿Cómo fueron estes dos años de ‘hibernación', practicamente?

—Desde 2019 no actuábamos. Recuerdo que íbamos a ir al Certame de Bandas en 2020 y ya no se celebró. Ahora estamos todos muy felices, con una motivación increíble. Llevábamos esperando esto mucho tempo. Después de lo peor de la pandemia fue complicado volver arrancar, no sabías si se podía volver tocar o hacerlo como se hacía antes. Al principio, tampoco se permitía ensayar todos juntos y a cada nueva ola se restringían otra vez los ensayos... Ahora que vemos que podemos disfrutar del trabajo hecho estamos muy contentos y con ganas.

—¿Le dan ahora más valor?

—Para mí la banda siempre fue una parte esencial de mi vida. Desde que tengo 12 años estoy en ella. Siempre le dimos un valor grande, pero recuerdo en el confinamiento decirle a mi pareja que necesitaba la banda, porque lo estaba llevando muy mal y me agobiaba. La banda es mi momento, mi burbuja, como para quien hace deporte este es su momento de desconexión.

—Una confesión, no es habitual entrevistar a una directora de una banda o formación musical.

—En mi género no conozco a otra, pero sí sé que en algún otro tipo de bandas hay directoras. En banda de cornetas y tambores, yo nunca vi a ninguna dirigiendo.

—¿Cómo nació la Banda Naval?

—Mi madre es cordobesa y su familia vive en Sevilla. Mi padre Víctor Costa, de Viveiro, fue a la Semana Santa y vio las bandas de allí, de cornetas y tambores. Le gustó mucho esa idea, que primero quedó en su cabeza. Después de nacer mi hermano, al año fuimos a ver una procesión, él cogió una caja de zapatos, lápices de colores y empezó a imitar los tambores pero no parecía que tuviese un año. Tenía una habilidad. Esa misma tarde bajamos a Viveiro y le compramos un tambor de juguete. Al crecer, a mí cada vez me iba interesando más el tema de las cornetas y tambores y me fue llamando la atención. Cuando vino por primera vez aquí Vicente Moreno, director de Las Cigarreras de Sevilla, para ayudarnos y formarnos, empecé a fijarme en el, veía algo especial en su forma de trabajar la banda, hacía que la gente se motivase y quisiera ser mejor. Me inspiraba, de alguna forma. Fue pasando el tiempo y empecé a coger varias secciones de la banda, al saber música (fui al Conservatorio). No empecé como directora formal, de batuta, pero sí que organizaba los ensayos con Jaime Dovale y Uxío Dayán hace cinco años. Cuando no venía Vicente, los tres trabajábamos el resto del año con la banda. En 2019, Jaime Dovale y Víctor Rivera me pidieron ponerme delante de los conciertos y formarme como directora realmente. Me parecía algo difícil, me daba pánico, porque es una responsabilidad grande. Al final, me convencieron. Le comenté la idea a Vicente Moreno, que me dijo que iba a estar a mi lado, que me ayudaría y formaría. Estuve dos años estudiando con él. Hasta el día 26, que fue mi primer día.

—¿Cómo fue su estreno?

—Antes estuve nerviosa pero muy emocionada, porque la banda es una parte muy importante de mi vida. Es un orgullo. Ya en el escenario controlé bien los nervios.

—La presencia femenina en las bandas, ¿va creciendo?

—Hay poco porcentaje de mujeres en las bandas cofrades. Este mundo siempre fue muy masculino, al igual que en el caso de los llevadores. Pero ya no tanto.

—¿Sus temas favoritos?

—¡Muchísimos! Soy una enamorada de la música cofrade. Me paso el año escuchando bandas, marchas, etcétera... Me gusta mucho Corazón de Jesús o Stella Maris.

—¿Y de otros géneros musicales?

—La verdad es que me gusta toda la música. Quizás sí que soy una persona a la que le gusta más la música instrumental que la vocal. Me emociona más.

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