Un marinero que faenó en las aguas de Terranova: «Si caes al agua, estás muerto»

X.Menéndez REDACCIÓN

A MARIÑA

Manuel Chedas, marinero jubilado que faenó en las aguas de Terranova
Manuel Chedas, marinero jubilado que faenó en las aguas de Terranova

Manuel Chedas es un marinero jubilado afincado en Asturias que durante años trabajó en uno de los caladeros más peligrosos del planeta

22 feb 2022 . Actualizado a las 22:55 h.

Las aguas canadienses de la Isla de Terranova forman uno de los caladeros más peligrosos del mundo. Allí naufragó el pesquero gallego Villa de Pitanxo y perdió la vida gran parte de su tripulación. Las temperaturas gélidas bajo cero, los fuertes temporales, olas que pueden alcanzar hasta los 12 metros, los icebergs desprendidos de Groenlandia, la zona rocosa que rodea a la isla… Unas condiciones muy duras hasta para los marineros más experimentados como Manuel Chedas. «Si caes al agua estás muerto», señala. 

Chedas es un marinero gallego, ya jubilado y afincado en Avilés, que en su juventud estuvo varios años faenando en las aguas próximas a Terranova. Allí fue por primera vez con 17 años y estuvo casi un lustro trabajando en campañas de pesca del bacalao. Chedas está vinculado al sector pesquero desde los 13 años, cuando empezó a ir a la mar. Siendo todavía menor de edad, realizó su primera campaña al caladero de Terranova. «De todas las zonas en las que estuve, sin duda Terranova es la más dura de todas. El invierno de allí es mortal y las condiciones son muy duras, no es trabajo para cualquiera». Chedas recuerda que en su época no había ni tecnologías ni internet, por lo que los marineros estaban los alrededor de 5 meses que duraba la campaña sin mantener comunicación con sus familiares y seres queridos. 

Los inviernos son severamente duros en Terranova. Los temporales azotan con más fuerza los meses de febrero y marzo. «Es el peor periodo para trabajar en Terranova. Si te caes al agua, por muy rápido que te cojan, estás muerto. Aunque el barco no se vaya a pique, si un marinero cae al agua por alguna circunstancias, es cuestión de segundos que pierda la vida. Los marineros ya saben el peligro que corren y tratan de tener el máximo cuidado, porque si caes…prácticamente estás muerto», explica Chedas. 

Las aguas de Terranova no son para cualquiera. «Si no eres fuerte, estás perdido el primer día. El primer viaje lo haces, porque no te queda más remedio ya que no puedes volver a tierra una vez embarcas. Muchos de los que van en su primera campaña acaban destrozados y no vuelven más», cuenta Chedas, que decidió dejar de faenar en la zona debido a la dureza del trabajo. «A los dos años de campañas en Terranova me dí cuenta de que aquello no era lo que quería. Yo era el más joven de la tripulación y la mayoría, que ya llevan varios años en Terranova, estaban bastante afectados psicológicamente. Es muy duro estar 10 meses en alta mar y después volver a casa. Te enteras de noticias como por ejemplo de la muerte de un familiar que falleció hace meses, pero no te pudiste enterar porque no había forma de comunicación». 

Las campañas en Terranova duran alrededor de 5 meses, depende del ritmo de pesca. El sueldo, cuando Chedas trabajaba en la zona, rondaba las 100.000 pesetas por mes, lo que al final la campaña dejaba un sueldo alto pero que, según narra Chedas, no compensa con el sacrificio de estar tanto tiempo lejos de casa en esas condiciones. Chedas explica que entonces se trabajaba en porcentajes, en función de la venta, lo cual en su opinión es mejor para tener motivada a la tripulación. «Si pescabas mucho y cargabas el barco, venías para tierra en tres meses y ganabas lo mismo que hacían campañas de 6 meses».

Actualmente las condiciones de trabajo en los pesqueros que faenan en Terranova han mejorado. Chedas explica que los patrones pueden realizar desde el puente las labores que antes tenían que hacer los marineros «en cubierta a la intemperie. Ahora los barcos se han modernizado mucho y pueden seguir trabajando fácilmente con olas de 4 o 5 metros, cosa que antes era imposible». Chedas recuerda que, cuando él faenaba por las aguas de Terranova, no tenían ni agua caliente en las duchas y tenían que racionar el agua dulce. A pesar de la evolución de los pesqueros, las aguas siguen siendo peligrosas y Chedas no duda en afirmar que Terranova es uno de los caladeros más duros en los que ha trabajado en sus más de 40 años en la mar.