El viveirense Uxío Rodríguez relata su experiencia como asistente en el Mundial de surf adaptado, donde España fue subcampeona
20 dic 2021 . Actualizado a las 19:35 h.La determinación y calidad de la selección española de surf adaptado lució en una de las cunas de este deporte. Seis medallas y el subcampeonato por equipos, solo por detrás de la potente selección anfitriona de Estados Unidos, fueron el suculento botín cosechado en el certamen de La Jolla, en California. La expedición española estuvo compuesta por dieciséis deportistas y un amplio abanico de acompañantes entre los que se cuenta un staff técnico del que formó parte Uxío Rodríguez García (Viveiro, 1991), todavía fascinado por una «experiencia brutal».
«Mi función era la de competir con los chicos de prone (tumbados). Los guiaba para elegir las olas, los ayudaba a posicionarse, si tienen alguna discapacidad visual les hablaba para explicarles cómo son las olas... Es una gran responsabilidad porque se están jugando un Mundial tras mucho trabajo», explica el viveirense sobre su función en un campeonato organizado por la International Surf Asociation (ISA) y que se convirtió en «una fiesta». «Un par de contratiempos y alguna manga que juzgaron un poco rara nos quitaron puntos, sino podríamos haber ganado», apunta.
España había conquistado el oro en la edición anterior, pero Uxío destaca muchas cosas por encima del resultado. «Se aprende un montón en un campeonato así. Detrás de cada persona hay una historia dura, difícil, pero el surf les ayuda a seguir disfrutando. No quieren la compasión de nadie, solo inclusión, que les dejen competir al máximo nivel en igualdad de condiciones», sostiene un hombre sin reparos para admitir su admiración por un equipo nacional lleno de «personalidades míticas» en las olas.
«Compitió Aitor Francesana, Gallo, que era el entrenador de Aritz Aranburu y se quedó ciego. El año pasado fue campeón y esta vez no pudo serlo por un contratiempo con una interferencia, pero su surfing estaba muy por encima del resto», apunta sobre un hombre que se colgó una medalla de bronce.
Rodríguez García luchó también con la malagueña Sarah Almagro, que fue plata. «Está amputada de piernas y brazos. Es casi como competir tú porque la ayudas a elegir una ola que le venga bien, a ir a por ella, a remontar y pelear y gestionar las prioridades, pero luego es ella quien surfea», destaca el director de la Viveiro Surfing Family de vuelta a casa y más que orgulloso de su equipo en California.