Cuatro teatros de la Habana incautados por el castrismo a una familia de Viveiro

martín fernández

A MARIÑA

MICHAEL EASTMAN

También fue confiscado el Centro Gallego, ahora llamado Gran Teatro de La Habana

24 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchos turistas que viajan a Cuba buscan pareja en el baile de Casa Habana en la calle Galiano 257, entre Neptuno y Concordia. Antes de entrar, toman un refrigerio en la vecina cafetería del Edificio América donde está el teatro del mismo nombre. Otros, por el contrario, van a la calle Línea y A, en el Vedado, para ver los festivales nacionales de teatro, ballet y danza del Teatro Mella. Unos y otros desconocen que esos tres grandes coliseos son los antiguos Radio Cine, Teatro América y Cine Rodi. Y que los tres, junto al Cine Avenida, fueron incautados por el castrismo a una familia de Viveiro.

La historia se remonta a 1879, cuando Antonio Rodríguez Vázquez (Magazos 1862-La Habana 1953) emigró a Cuba. Comenzó de mozo en Caibarién; luego formó Rodríguez, Cantera y Cía, almacén de importaciones; después arrendó la central azucarera San Agustín; y, por fin, creó la Corporación Industrial del Trópico que incluía la citada central, cuatro teatros en La Habana y acciones en Nueva Fábrica del Hielo, Seguros La Metropolitana e Inmobiliaria Itálica. Se casó con Lucila Cintra Rojas en 1893, tuvo tres hijos ?Noemí, Antonio Helier y Gustavo- y se nacionalizó en 1916.

Cuando él llegó, la calle Galiano era de las más céntricas de La Habana y pronto se pobló de viviendas, negocios y lugares de ocio. En los años 30, su hijo Antonio Helier ?a quien su padre puso al frente de sus negocios- decidió levantar en ella un edificio que albergara el gran teatro que la capital no tenía. El complejo incluía diez pisos, una torre, 67 apartamentos y, en los bajos, una cafetería y el Teatro América. El proyecto, en línea Art Decó, fue de los arquitectos cubanos Martínez Campos y Pascual de Rojas.

Inauguró Pedro Vargas en 1941

En la vecina parcela estaba el Radio Cine, inaugurado en 1936 con capacidad para 2.600 espectadores. Su propietario era Pedro Valcarce Gutiérrez, el mismo de los cines Payret, Rialto y Campoamor y del Teatro Milanés, en Pinar del Río. Antonio Helier compró el Radio Cine y lo integró en el nuevo edificio. El Teatro América se inauguró el 29 de marzo de 1941 con 1.775 asientos y un show del mexicano Pedro Vargas. Fue uno de los grandes escenarios de América y en él actuaron desde Lola Flores o Libertad Lamarque a Josephine Baker o Caruso, entre otros.

Cuando Fidel Castro derrocó a Batista en 1959 y convirtió su gobierno en una dictadura comunista, incautó a los herederos de Rodríguez Vázquez todos sus bienes. El América se convirtió en teatro de variedades y el Radio Cine fue primero Cine Jigüe y luego la actual Casa de la Música Habana, una enorme discoteca y sala de conciertos donde los turistas buscan pareja. Nada nuevo. El Centro Gallego también fue confiscado y ahora se llama Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Lo malo es que todo el mundo sabe que es el Centro Gallego, de los gallegos…

El Rodi es el actual Teatro Mella y el Avenida sufre gran deterioro

En 1959, cuando Fidel Castro llegó a la capital cubana y Batista huyó del país, La Gran Habana ?incluyendo a Marianao- tenía más cines que Nueva York o París. En concreto, 134 salas de 35 mm., según el Anuario Cinematográfico y Radial Cubano de ese año. Se destacaban, además, por ser excelentes muestras de arquitectura, especialmente cuando la ciudad se dejó arrastrar por la fiebre del Art Decó de cuyo estilo es un ejemplo el Teatro América.

Ya con Castro en el poder muchos cines fueron clausurados, como el Campoamor, el Manzanares o el Maravillas, en la Calzada del Cerro. Y otros fueron rebautizados según la estética y la nomenclatura marxista. Así el Cine Florencia, en la calle San Lázaro, pasó a llamarse Pionero; el San Carlos, en Marianao, el Cosmos; el Radio Cine, como se dijo, Jigüe; y el Cine Blanquita se denominó Karl Marx…

Uno de los rebautizados pertenecía a la familia de Antonio Rodríguez Vázquez y se llamaba Cine Rodi. Pasó a llamarse Teatro Julio Antonio Mella, un comunista cubano expulsado del país por Machado y asesinado en 1929 en México por sicarios de Stalin. Fue inaugurado por Antonio Helier Rodríguez Cintra el 17 de noviembre de 1952 en el exclusivo barrio de El Vedado. De estilo moderno, llamaba la atención su gran letrero luminoso, ubicado sobre un alto muro saliente, que podía leerse a gran distancia. El Rodi tenía capacidad para 1887 espectadores y contaba con un innovador sistema de aire acondicionado que absorbía el humo e inyectaba aire desodorado y humificado.

Con la implantación del nuevo régimen cubano, el Rodi fue nombrado Consejo Nacional de las Artes Escénicas el 16 de septiembre de 1961 con el estreno de El Círculo de Tiza Caucasiano, de Bertold Brecht. Hoy es sede de encuentros y festivales nacionales de ballet, teatro y danza. El cuarto teatro de La Habana confiscado a los herederos de Rodríguez Vázquez fue el Cine Avenida, en Calzada de Columbia 41, en Mariano. Contaba con mil butacas y hoy se encuentra en estado semirruinoso.

Huida en yate desde Varadero y ciclo de 82 años que cerró el nieto al regresar a Viveiro

Los herederos de los bienes requisados por el castrismo al viveirense Antonio Rodríguez Vázquez lo son por la vía de su hija Noemí Rodríguez Cintra. Su otro hermano, Antonio Helier, era ingeniero y presidía el conglomerado empresarial de la familia. Se casó en 1942, a los 44 años, con Graziella Lozano Piña, hija de unos emigrantes españoles exportadores de tabaco, y no tuvo hijos. Hoy, la heredera es María Luisa Castro (y sus hijos), viuda de Alfredo Cao Rodríguez, hijo de Noemí.

Rodríguez Vázquez fue uno de los gallegos más ricos, poderosos e influyentes de Cuba. Presidió el Centro Español de La Habana, el Centro Gallego y la sociedad de Vivero y su Comarca. Falleció en 1952, siete años antes del triunfo de Fidel Castro en 1959.

En ese momento, su nieto, Alfredo Cao, era el representante más joven de los empresarios azucareros de Cuba. No tardó mucho tiempo en darse cuenta de que los principios iniciales de la revolución castrista ?que contaban con notable apoyo de la ciudadanía por su apelación a la regeneración ética y democrática ante la corrupción de la dictadura de Batista- pronto serían abandonados por Castro para implantar su propia dictadura comunista.

Por eso, en vista del cariz que tomaban las cosas, en junio de 1959 la familia comenzó a salir del país. Primero se fueron María Luisa y su madre que esperaron en Miami la llegada de su esposo que huyó, meses después, en un yate de su propiedad desde Varadero. De Miami, la familia se trasladó a Madrid, donde residió un año, y luego a Viveiro en 1961, cerrando el ciclo que iniciara el abuelo Antonio Rodríguez Vázquez 82 años antes…