El segundo trimestre del año nos deja un dato económico que alienta al optimismo y nos invita a la esperanza. España vuelve a la senda del crecimiento con un 2,8% sobre el PIB, dato que contrasta con la caída del 0,4% en el primer trimestre del año o la debacle del 10,8% en el año 2020. Además de este dato, el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos ofrece otro muy interesante, el incremento de 464.900 nuevos empleos según la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Es evidente que no todos los sectores económicos corren la misma suerte. Si observamos la evolución por sectores nos encontramos algunos que presentan una tendencia al alza, como la construcción, con un incremento del 3%, las empresas de comunicación, con subidas del 5% o el comercio por internet y logística, con un crecimiento del 10% sobre el PIB; pero también hay sectores que se resienten, principalmente por las restricciones establecidas durante la pandemia, observando un retroceso del 7% en el comercio y un demoledor descenso del 25% en hostelería.
De cara al tercer trimestre, la clave estará en el sector turístico. Aunque este importante sector rebajó su peso en el PIB del 13 al 5%, entre los años 2019 y 2020, sigue siendo la locomotora para la creación de empleo y el crecimiento económico en nuestro país, sobre todo en verano. El cumplimento de las medidas impuestas, con el control de los excesos que puedan llevarnos al cierre, será capital para nuestros intereses por lo que todos deberíamos contribuir a cumplir y hacer cumplir las normas.
En cuanto a la evolución para el próximo año, hay una previsión al alza con un 5,8% de incremento sobre el PIB según el Banco de España y un 7% según estimaciones del Gobierno. Estas previsiones vienen provocadas por la llegada en los próximos meses de los Fondos Europeos para la recuperación económica. Por el contrario, Goldman Sachs, líder en banca de inversión a nivel mundial, modera el crecimiento global, según su último estudio, debido a la incertidumbre provocada por la variante delta, altamente contagiosa, y la lentitud en la reactivación de los eventos sociales. Y es que ahí puede estar la clave de la mayor o menor velocidad de recuperación. En términos económicos, lo que llamamos recuperación en V o en L. Porque además de las restricciones gubernamentales está el componente emocional. Aunque ya hay un alto porcentaje de población vacunada con la pauta completa no terminamos de sentir esa confianza necesaria para socializar y volver a los hábitos de consumo anteriores a la pandemia. En economía, la confianza es fundamental. Sin confianza se contrae la demanda y la rueda de la economía deja de circular. Por este motivo la actuación de los distintos gobiernos será fundamental, ya que deberán conjugar restricciones con ayudas a los sectores perjudicados y políticas de reactivación económica, sin perder de vista el control de la presión hospitalaria a la hora de ponderar las medidas a aplicar. La agilidad y rapidez en la toma de decisiones será de vital importancia para mantener el binomio salud/economía en perfecto equilibrio, sin perjudicar a ningún sector económico ni poner en riesgo a la población. No cabe duda de que no es una situación fácil y que las decisiones nunca contentan a todos, pero para eso está la política.
A la vista de los datos médicos y económicos, parece que lo peor de la pandemia ya ha pasado, que todos nos hemos dejado mucho en el camino, unos más que otros, y que lo vivido en estos últimos meses va a marcar un antes y un después en nuestras vidas. Pero es hora de relamerse las heridas, volver a ponerse en pie, sacudirse el polvo y avanzar de nuevo con paso firme y la mirada clavada en el horizonte. Con las enseñanzas del pasado y las actuaciones del presente podemos conseguir un futuro próspero. Mucho ánimo para todos, salud y fuerza.
David Gómez Rosa (VIVEIRO ASESORES)