La quinta ola vista desde la «zona cero» del covid, las residencias: con vacuna pero cierta inquietud

Yolanda García Ramos
yolanda garcia XOVE/LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

«Non se pode baixar a garda en ningún momento» es su mensaje clave

01 ago 2021 . Actualizado a las 18:11 h.

La radiografía de esta quinta ola difiere de sus predecesoras: hay más volumen de contagios (de récord en A Mariña), mayor incidencia en jóvenes pero menor mortandad senil. Aún así, el coronavirus demuestra una tras otra que es un «bicho» tozudo y vuelve. Sin embargo, a medida que ha ido pasando el tiempo se añora cada vez más la vieja «normalidad», en un ambiente general en el que se ha rebajado la dureza de las medidas de protección. Como contrapartida, el ritmo de la vacunación avanza, pero no es garantía de cero contagios. Vacunación que comenzó, entre otros, por los más mayores después de que las residencias fuesen la «zona cero» de la pandemia. Hoy en día tienen reforzada la inmunización y conservan los protocolos covid, reciben visitas y pueden salir fuera. A través de las directoras de dos centros a los que azotó la inicial «fase dura» del coronavirus, les recordamos e indagamos sobre cómo se sienten al ver esta ola, que nos gustaría que fuese la última.

«Co que nos vén encima estamos traballando con medo _se sincera Ana Fernández Noriega, al frente de San Bartolomeu en Xove desde hace 17 años, actualmente con 140 mayores entre la residencia y los apartamentos que gestiona Fundación San Rosendo_. As visitas son con cita previa pero tamén eles poden saír ao exterior. En calquera momento, pode acabar noutro brote. Está demostrado que as medidas funcionan pero tamén que ter a vacina non implica que non te poidas volver a contaxiar». «Hai que vivir expectante e pensar que pode pasar en calquer momento, sobre todo nun centro coma o noso, tan grande, con 60 traballadores e moitas visitas todos os días». Y que aumentan en la época estival, agrega la directora, añadiendo: «Non se pode baixar a garda en ningún momento».

«Estamos moi preocupados polo que estamos vendo e máis que nada pola saúde dos maiores»

«As secuelas que quedan a nivel físico e psíquico nas persoas maiores son tremendas», enfatiza aludiendo al confinamiento estricto de anteriores brotes y advirtiendo, al mismo tiempo, que si por lo que fuere registrasen uno, «implicaría un confinamento nunha habitación». «Para os que vivimos un brote nunha residencia, foi algo moi traumático porque ademáis vimos morrer xente», rememora. Evidencia preocupación, mientras se espera que vaya pasando esta quinta ola sin mayores consecuencias. En aras de extremar las precauciones, señala que siguen haciendo cribados entre el personal cada 15 días y realizan tests de antígenos semanales, también a residentes, controlando las visitas en el centro mediante uso de mascarilla y desinfección... «Quero facer un chamamento. Pido á xente, por favor, que actúe con sentido», finaliza Fernández Noriega.

« Recomendamos encarecidamente que nas saídas os residentes respeten a distancia e non quiten a máscara na medida do posible» 

Medio año lleva como directora de la Residencia (con 54 usuaros) y Centro de Día de Mensajeros de la Paz en San Cibrao (Cervo) Adriana Fernández Acebo, quien valora: «A maioría dos residentes están tranquilos, pero mantemos sempre un ambiente de moita prudencia». «Moi cautos», reitera. Al igual que su homóloga xovense, reconoce que cualquier contagio requeriría de una cuarentena: «En ningún momento se deixou de facer nin a enquisa epidemiolóxica nin a desinfección. Nese sentido, seguimos tendo un control das saídas, facendo cribados, estando en contacto co hospital, solicitando as pcr necesarias, o uso da máscara... Nese sentido, ben polo de agora; foi como unha rutina na residencia que se mantén». «Velamos porque volvan a ter unha vida social activa, impórtanos moito. A parte sociofamiliar é unha prioridade para eles por saúde», señala. Esta semana, celebraron allí el Día de las Abuelas y Abuelos, con actuación coral al aire libre, misa y homenaje a los más longevos: María Pillado que cumplió 100 años en marzo y José Antonio Casariego de 91.