Un puertorriqueño ligado a Ourol abre su primer negocio hostelero en Viveiro

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

"Pienso que es un buen momento para empezar", dice el emprendedor, Francisco Balsa, que inaugura el bistro bar Balsa

14 may 2021 . Actualizado a las 21:54 h.

«No voy a tener molino de café hasta el lunes», señala Francisco Balsa, quien está a punto de abrir su primer negocio propio, hostelero, en Viveiro y en cuyo nombre final, después de descartar otros cuatro anteriores y alguno en inglés, ha rendido con el elegido un homenaje a su familia, los Balsa de Ourol. De hecho, aunque él nació en Puerto Rico en 1980, donde aún viven sus padres, y veraneó siempre en la tierra de sus orígenes, tanto dentro como fuera del municipio ourolense es conocida Casa Balsa, que regenta un tío suyo. Además, él cuantifica una veintena de primos «por acá», más parientes en Escocia y hasta con lazos con Hong Kong. Ahora, en una pandemia que aún continúa latente, afronta el no difícil reto de iniciarse como emprendedor en el mundo de la hostelería, en el que comenzó desde que estudiara de joven el oficio al otro lado del «charco». Inicialmente tenía previsto inaugurar su nuevo Bistro Bar Balsa este mismo sábado pero ha tenido ciertos retrasos, lamenta ocupado con los arreglos del local donde antes estaba La Plata (esquina de Pastor Díaz con Almirante Chicarro).

«Llevo unos diez años de experiencia en hostelería en Puerto Rico y cuatro años (de 2013 a 2017) trabajando en Londres, en una agencia de hostelería con más de cinco mil empleados y haciendo desayunos un hotel», relata sobre sus etapas anteriores. Esa experiencia previa en el extranjero le da alas para querer probar en un futuro en el establecimiento viveirense con platos internacionales, aunque de momento ha contratado a una cocinera «para hacer comida de acá» y trabajar los desayunos por las mañanas y los pinchos calientes por las tardes. «Ahora tengo que jugar con el espacio, porque es muy pequeña la cocina y no puedo inventar mucho. Pero si la cosa va bien, se puede ampliar. Sería mi plan futuro», añade Balsa, que vive ahora en Mosende y que por su estancia londinense también domina el idioma el inglés, muy necesario en su sector.

En Viveiro «todo el mundo me conoce porque trabajé en La Biblioteca», señala. Como emprendedor dio el paso «por curiosidad, porque llevaba desde el verano sin trabajar. Uno busca y busca y nada... y el primer letrero que vi ‘se alquila' pregunté». ¿Abrir negocio propio en plena pandemia sería como tirarse a una piscina sin agua?: «Pienso que es un buen momento para empezar ahora. La gente vuelve a tener ánimo de nuevo. Creo que estos meses serán fuertes, entra el verano y parece que la situación está mejorando». El optimismo no se lo quita nadie: «Tengo una buena esquina —dice por la buena localización de Bistro Bar Balsa en pleno casco histórico— y si se trabaja bien... Por eso contraté una cocinera. Ahora a trabajar... y ver como va la cosa». «Cuando me dieron un sí (económicamente) fue gracias a mi padre», agradece finalmente este nuevo hostelero en Viveiro.