Un euro el metro cuadrado: el precio irrisorio que ofrece un parque eólico para instalarse en Vegadeo

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

A MARIÑA

Parte de la finca de Manolo García donde las empresas de renovables quieren instalar una subestación y una antena meteorológica permanente
Parte de la finca de Manolo García donde las empresas de renovables quieren instalar una subestación y una antena meteorológica permanente

Manolo García detalla cómo son los contratos «irrisorios» que están ofreciendo las compañías de renovables para llevar a cabo el parque eólico de La Espina

08 may 2021 . Actualizado a las 13:52 h.

El malestar social generado por el gran interés de las empresas de renovables de instalar parques eólicos en Asturias no ha parado de crecer. A los problemas que traería consigo la implantación de estas centrales en la región se suman ahora los contratos «irrisorios» que proponen las compañías a los propietarios de terrenos para ocupar el mismo y esto ha acrecentado aún más el debate público. «Me han ofrecido 4.000 euros por alquilarles una parte de una finca de aproximadamente 4.000 metros cuadrados, es decir un euro el metro cuadrado, para que así puedan instalar la parte de la subestación y una antena meteorológica permanente del parque que quieren poner en La Espina», asegura Manolo García.

Una cifra que, a juicio de este vecino de La Espina de Vegadeo, donde Capital Energy quiere instalar cuatro aerogeneradores que, según la compañía, serán capaces de suministrar energía limpia a unos 21.000 hogares y evitarán la emisión a la atmósfera de más de 21.800 toneladas de CO2 al año, «es exageradamente barata». En este sentido, García señala que el precio del alquiler varía en función del Índice de Precios del Consumidor, en el que se tiene en cuenta la zona. «En líneas de evacuación (los tendidos con sus infrasructuras que transfieren la energía generada) en un prado pagan a 60 céntimos el metro cuadrado. Si este está en el monte y está raso ronda el euro. En cambio, si está plantado el precio puede alcanzar los dos euros por metro cuadrado», detalla indignado.  

Finca de Manolo García que las empresas de renovables quieren alquilar
Finca de Manolo García que las empresas de renovables quieren alquilar

Además, el tipo de contrato también es distinto, ya que puede ser de alquiler o de compra. «A algunas personas les alquilan su terreno para depositar los materiales de la obra civil, sin embargo, cuando esta finalice ya acaba el acuerdo. En cambio, a otros le ofrecieron pagos directos para poder hacer líneas de evacuación en sus propiedades. No obstante, por lo general, en las ofertas de preacuerdo no te indican hasta cuándo se formaliza el contrato, sino que establece que es hasta que a la empresa le sea rentable», puntualiza.

Por ello, bajo su punto de vista, «esto no es legal porque no se formula una fecha para volver a revisarlo y así ampliar o prescindir el acuerdo». Asimismo, García denuncia que aparte de que a unos les ofrecen más que a otros, la empresa llega casi «amenazando». «En mi caso, en la primera entrevista que tuve con ellos les comenté que el vial de acceso que quieren llevar a cabo podría poner en peligro mi casa. Como tan solo hay dos metros de ancho del camino y quieren hacer ocho la vivienda se puede derrumbar. Por ello, les propuse que accediesen al parque por otros sitios y la respuesta que recibí fue ‘entonces no hay nada más que hablar, cerramos la carpeta y pasamos a expropiar», asegura. «Yo creo que para eso todavía hay mucho trayecto que recorrer», advierte.

Unas propuestas que «solo un pueblo entero ha aceptado porque la mayoría de los propietarios no viven ahí o que algunos prefieren eso, mejor que nada». Pero, a juicio de este vegadense, las empresas están «vendiendo la moto». «Estas aseguran que debajo de las líneas de evacuación los propietarios de esos terrenos pueden hacer lo que quieren y no es así porque se genera un campo electromagnético. A mí por ejemplo me cogen un trozo que está entre dos fincas y ya en el resto del espacio no voy a poder hacer nada. Estamos hablando de terrenos que son prados, no es un monte. Actualmente, esto lo tengo alquilado y el que lo lleva en renta lo está aprovechando para pasto para las vacas», puntualiza.

Asimismo, lamenta que «nos intentan alquilar un terreno que a todos los efectos es rústico, pero cuando se instalen las empresas esto va a pasar a ser un terreno urbanizable industrial. Con esto tenía que cambiar el valor del metro cuadrado porque si vas a un polígono, el precio es infinitivamente mayor». En la zona EO-Oscos el precio por metro cuadrado de un polígono ronda de media los 30 euros, de acuerdo al buscador de suelo empresarial del IDEPA. Un precio que depende de la zona, por ejemplo, en Castropol se pagaría a 65 euros, en cambio en San Tirso de Abres a 20,24. En el caso concreto de Vegadeo no hay datos al respecto. Además, Manolo García indica que «seguro que el IBI vamos a tener que seguir pagándolo cuando el terreno lo está ocupando una empresa… Al final, por desgracia, vamos a tener que acabar cediendo y venderlo para quitarnos ese dolor de cabeza. Pero debería de establecerse por lo menos un precio razonable. «El dinero es goloso sí, pero la empresa lo único que quiere es que la cosa sea rentable y que los perjudicados seamos nosotros», reconoce. 

En este sentido, García vuelve a resaltar que la instalación de parques eólicos no genera ninguna ventaja para el municipio. «Algunos pueblos se van a quedar sin ver la televisión porque los aerogeneradores cortarían la señal. También perderemos masa autóctona forestal porque las empresas van a tener que usar terreno que no sean prados para pasar el tendido eléctrico o incluso para crear caminos de acceso a las centrales», advierte. Asimismo, denuncia que «el estudio de impacto ambiental no es real porque para empezar quien hace estos estudios es una empresa pagada por la propia compañía y esta hará las cosas a su gusto. Además, dicen que en la zona de influencia solamente hay un tejo, pero si me paro a contar hay más de 20. Lo único cierto de todo esto es que los datos que ponen no son reales». Por ello, exige que «en aquellos parques que están en funcionamiento y que están en sitios muy alejados deberían ampliar la potencia de los aerogeneradores. No instalar más parques, que decían que los eucaliptos no invadían, pero ahora lo están haciendo con los molinos».