Bodas variopintas, desde medievales hasta indianas pasando por Star Wars

Y. G. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

También se han celebrado por «ritos» como el celta e incluso budista

10 may 2021 . Actualizado a las 08:53 h.

Al carácter especial que por si misma suele tener una boda, hay parejas a las que les gusta sumarle un «plus» de diferenciación con el resto, o con lo que podríamos etiquetar de «común». Haberlas hailas que se salen de la tónica general y que van más allá de las típicas localizaciones como la iglesia o el ayuntamiento o de la estética tradicional a nivel de vestimenta y entorno en el que se celebre. Hace tiempo que las denominadas temáticas formaron parte de las particulares solicitudes de los novios a los wedding planners. Sin embargo, ayer llamó la atención que una jueza prohibiera a un novio casarse porque iba disfrazado como el pirata Jack Sparrow justificando la aplicación de la normativa «habitual». Sucedió en Vigo, donde ya en febrero otra pareja que iba de cazafantasmas y se casó por lo civil tuvo que dejar en la entrada parte de su atrezo, igual que otros que habían ido antes de Caperucita y Lobo Feroz.

EL FARERO

En A Mariña, bodas originales ha habido, con cierre de ceremonia de «final feliz» y sin obstáculos que trascendiesen entonces públicamente. De hecho, el verano de 2013, La Voz de Galicia en A Mariña lo tildaba de «exótico» porque varios enlaces nupciales tuvieron lugar por ritos o estilos diferentes, comenzando por medievales a pie del castillo Pardo de Cela en Alfoz, por el mozárabe en el marco idóneo de Mondoñedo, alguna que otra «vikinga», eso sí, en el contexto festivo de la Festa Normanda de Foz o «indiana» en el del Ribadeo Indiano. E incluso una de estética cien por cien celta y en un paraje perfecto como lo fue Sargadelos en aquella ocasión. Sin ir muy lejos, en Estaca de Bares otra pareja optó por casarse ni más ni menos que en una ceremonia budista. Algunas de las citadas antes fueron celebraciones con ca

rácter «simbólico» pero otras sí oficiadas oficialmente por alcaldes o concejales.

Si nos vamos a más «rarezas» nupciales, una pareja viveirense que tuvo que aplazar el banquete en el Louzao debido al covid en marzo del año pasado celebraría después una pequeña ceremonia civil recurriendo a disfraces. Ambientada en la saga de Star Wars (aunque los novios iban de etiqueta habitual) hubo otra en el año 2018 en el Val do Naseiro.

Con el paso del tiempo, los espacios donde se celebran han experimentado una evidente metamorfosis, ampliándose hoy en día las opciones a entornos naturales como las playas de Caolín y San Román en O Vicedo, que ha inspirado alguna que otra boda de claro look ibicenco, o de Area en Viveiro, sin olvidar que hacerlo en As Catedrais es, como su nombre indica, estar en una «catedral» con el mar y la erosión a modo de «escultores» de los acantilados ribadenses. En el Occidente, todos los años se celebra la famosa boda vaqueira de La Braña y en A Mariña, más de una vez, los novios han ido vestidos de traje regional gallego.