Aluminio San Ciprián: infierno o purgatorio

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Análisis de la situación actual de la fábrica de Alcoa por la escritora y socióloga Rita Morrigan

17 abr 2021 . Actualizado a las 23:35 h.

Durante los últimos meses la gente de A Mariña contemplamos atónitos la situación de Alcoa, la fábrica que genera la mayor parte de la riqueza de la provincia.

Mientras intentamos no ser ensordecidos por el ruido mediático, hacemos auténticos esfuerzos mentales para comprender en qué punto se encuentran las negociaciones de venta de la última producción de aluminio del país a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

¿Qué ha pasado desde que en febrero la SEPI informó a los trabajadores que iniciaba las negociaciones con Alcoa para la adquisición de la planta de San Cibrao?

Leímos que el mayor obstáculo era que Liberty, el principal interesado en la adquisición de Aluminio, había recibido un revés por la quiebra de su principal financiera, Greensill. Aunque la compañía del señor Gupta aseguró en un principio que su liquidez estaba segura, pronto comenzaron a aparecer noticias de un rescate por parte del gobierno inglés.

Ahora sabemos que Liberty no es el único comprador para San Cibrao, incluso Alcoa ha insinuado que podría aportar candidatos (sospechamos que de la misma

solvencia y calidad que el grupo Parter Capital: el comprador que eligió para A Coruña y Avilés, con el aval del Ministerio de Industria). En A Mariña suponemos que el Gobierno de España habrá aprendido la lección y pedirá pruebas de solvencia al comprador de su última fábrica de aluminio; la misma que defendió como estratégica con la Abogacía del Estado en el juicio de anulación del ERE ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El Secretario General de Industria, Raúl Blanco, aseguró que las condiciones de inmunidad judicial que Alcoa está exigiendo para vender su planta son inadmisibles. No obstante, en dos meses, todavía no conocemos ninguna contrapropuesta del Gobierno, habiéndose suspendido el diálogo. El señor Blanco ya advirtió de que el plazo para vender San Cibrao antes del 30 de abril era un asunto entre los trabajadores y Alcoa, y que no va con él, ni con el Ministerio de Industria, ni con la SEPI, quienes parecen

llevar otro ritmo. Aseguraron que pedirían una prueba de solvencia a Liberty tras las preocupantes noticias de quiebra, pero los responsables de la compañía inglesa aseguran que no han recibido aún ninguna solicitud del Gobierno de España sobre el estado de sus cuentas. Mientras tanto, A Mariña sigue confundida y preocupada con el inmovilismo incomprensible de nuestros representantes. El precio del aluminio actual posiciona a la planta de San Cibrao como un activo muy apetecible para cualquier inversor industrial serio. El aluminio cotiza a 2.293 dólares la tonelada; el valor más alto en el último año, lo que debería convertir a nuestra fábrica en un bien de interés genuino para el Gobierno.

En resumen: Alcoa está dispuesta a vender, aunque exige inmunidad legal ante futuras irregularidades. El Gobierno considera inadmisibles estas peticiones, pero no hace ninguna contraoferta. Liberty, el principal comprador, tiene serios problemas de financiación y el Gobierno anuncia que pedirá informes de su solvencia, pero nunca los

pide. San Cibrao es la última productora de aluminio de España, y el valor actual del metal solo constata lo que ya sabíamos: la fábrica de A Mariña es muy rentable, pese al precio de la energía, y por ello representa el 80% de la riqueza total de la comarca y el

30% de la provincia. ¿Por qué entonces el Gobierno de España no actúa y parece encontrarse cómodo, y hasta desear el paso del tiempo? Mientras Alcoa sea la propietaria está obligada a mantener su actividad, por lo menos hasta que el Tribunal Supremo no se pronuncie sobre la anulación del ERE. Además, el tiempo anestesia o enfría el corriente social A Mariña Sálvase Loitando, que surgió en defensa de la comarca, y que poco a poco se fue colando en todos los medios de comunicación nacionales como símbolo del movimiento obrero actual; una incómoda china en el zapato para un gobierno de «izquierdas». Los innumerables apoyos de los trabajadores del resto del país son prueba de la importancia pública de este movimiento.

Estimados políticos, nuestros reclamos no han variado en los últimos meses. Seguimos al amparo de la Constitución Española (artículos 33 y 128). Solo deseamos que el tiempo que ustedes desperdician sea un purgatorio por la guerra de supervivencia que les estamos dando, y al final alcancemos la gloria y salvación de nuestra fábrica. No queremos pensar que en realidad están sometiéndonos a un infierno de tortura, un tormento que solo conduzca a la muerte de A Mariña. Una tierra a la que no han regalado nada jamás, empujándola a pelear por cada derecho, por cada servicio público. Por justicia.