Seis alcaldes de A Mariña hacen piña frente a los ataques del lobo al ganado

Lucía Rey
lucía rey OUROL / LA VOZ

A MARIÑA

Pedro Pérez, ganadero mariñano afectado por los ataques del lobo, en su explotación en Xove
Pedro Pérez, ganadero mariñano afectado por los ataques del lobo, en su explotación en Xove PEPA LOSADA

Solicitan formalmente al Gobierno que aplace la protección total de este animal, como piden también las comunidades del norte

26 feb 2021 . Actualizado a las 10:21 h.

«La coexistencia entre el caballo y el lobo se produce en contados lugares del planeta (Galicia, norte de Portugal, Mongolia y pocos otros) y cuando se llega al desequilibrio contrastado por exceso poblacional del lobo (pasamos de 237 avisos de ataque en el 2013 a casi 1.000 en el 2000, sin contar los no denunciados por diversas cuestiones) se aboca a la actividad ganadera al abandono ante el riesgo de ataques a sus animales, fundamentales para la conservación del entorno». Esta es una de las argumentaciones del escrito enviado este jueves por seis alcaldes de A Mariña (Ourol, Viveiro, Xove, Cervo, Alfoz y O Valadouro) y tres de Terra Chá (Abadín, Muras y Xermade) que tienen parte del territorio en la Serra do Xistral al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En él reclaman un aplazamiento del proyecto de orden ministerial que implicará la inclusión del lobo ibérico en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial, lo que en la práctica supondrá un blindaje que prohibirá su caza. Seas cuales sean las circunstancias.

Regidores mariñanos y chairegos hacen piña para poner de manifiesto que lo que califican de «excesiva presión del lobo» sobre la actividad ganadera en extensivo de caballos y vacas, entre otros, «intensifica la renuncia a la misma, poniendo en serio peligro el ecosistema». A este respecto, destacan que O Xistral es un «ente natural único en el que se hallan localizadas el 90% de las turberas de cobertura de toda Europa». Un paraje «irrepetible», cuya conservación depende en gran medida del ganado. «La inexistencia o escasez del ganado equino que en esta zona habita en forma libre (caballo salvaje) y que actúa como auténtico limpiador ecológico, practicando un desbroce natural, sitúa en serio riesgo de incendio el territorio por la invasión de especies altamente inflamables, cuyas consecuencias pueden llegar a ser fatales para las turberas». En ese sentido, los alcaldes ponen en valor el «manejo ancestral» que han hecho los pobladores manteniendo la ganadería en estado salvaje o semisalvaje.