«Nunca pasamos por unha crise coma esta»: los comerciantes se desangran

j.aLONSO / y.gARCÍA RIBADEO, VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

María Antonia López Lens, en Ribadeo
María Antonia López Lens, en Ribadeo J. ALONSO

Muchos dudan que se empiece la recuperación en Semana Santa, sino en el verano

31 ene 2021 . Actualizado a las 17:48 h.

Entre los comerciantes predomina el pesimismo sobre la evolución de la crisis y en particular sobre las secuelas que va a dejar. Con todo, hay quien ve o quiere ver el vaso medio lleno y arenga con mensajes de conjura común: «Hai que seguir adiante, non queda outra». En lo que sí hay coincidencia entre los más veteranos, en los que ya pasaron por otras crisis, en que nunca se había vivido algo semejante. Es así porque no se trata solo de un problema económico, sino también de ánimo y, sobre todo, de incertidumbre por el futuro. La mayoría ya ponen en el verano, no la Semana Santa, el horizonte de la recuperación.

María Antonio López Lens, de Xeito Decoración, lleva más de treinta años en el negocio y reconoce que esta crisis es la más profunda: «Yo soy optimista por naturaleza y siempre veo el lado positivo de las cosas, pero ahora me cuesta, porque no ves de dónde tirar. No se puede hacer algo, porque no está en nuestra mano. Y después está Internet, que nos hace muchísimo daño al pequeño comercio».

Explica que enero y febrero son meses tradicionalmente flojos para el comercio; la Navidad, que fue buena, no llegó ni de lejos a los niveles de ventas de otros años, «y ahora se vende muy poco, el descenso supera el 50 %». Con este panorama, ¿qué invita a seguir? «Confiar en que las cosas se vayan solucionando y en que a lo mejor el verano es bueno. Ya no digo la Semana Santa, digo ir tirando hasta el verano».

La propietaria de Xeito Decoración pone el acento en que en el caso de Ribadeo el cierre de Asturias fue muy perjudicial: «Llevamos muchos meses así, pero hay que seguir. El problema es que no hay gente. Después de la Navidad, cuando hubo una alegría pequeña, se ha notado mucho el bajón. Y con la hostelería cerrada, sales por la tarde a la calle y no se ve un alma».

Manoli Torviso, en Ribadeo
Manoli Torviso, en Ribadeo J. ALONSO

Manoli Torviso es también de las que quiere ver el vaso medio lleno. Está al frente de Lencería Manuela Torviso de Ribadeo, donde trabaja desde hace 38 años, siendo otro de los locales de referencia del comercio ribadense: «He capeado muchas crisis, y también cogí tiempos buenos, pero como esta crisis ninguna, porque tiene el añadido de la enfermedad y que vivimos en una incertidumbre total. Pero ya sabemos lo que hay y debemos seguir tirando adelante. No vamos a tirar la toalla».

«Para ser un año tan complicado, 2020 no fue tan mal, se fue librando. Además, en el caso de Ribadeo el cierre de Asturias nos perjudica mucho. No, no soy tan pesimista. Las cosas están mal, pero no vamos a abandonar», añade.

Claro que la visión varía según qué negocio regentes: «En mi caso no es que sea un género esencial, pero sí son artículos que usas todos los días y por eso quizá las ventas se sostengan mejor que en otros comercios con cosas que son más fáciles de prescindir. Me pongo en el caso de tiendas que no abren la caja todo el día y eso tiene que ser tremendo. Yo, por fortuna, hasta ahora fue librando bastante bien, aunque eso no quiere decir nada, porque el futuro es incierto. No sé si al final este año será incluso peor que el pasado».

«As consecuencias son igual que se nos pecharan totalmente. Non hai unha alma na rúa»

Para el sector textil, las rebajas de este mes de enero se producen en un contexto adverso e inverosímil, pero es la realidad. «Este ano non teñen tirón as rebaixas. A xente non está na rúa, as rúas están baleiras. Polas mañás... algo hai, non moita xente, pero pola tarde nada. Se a xente necesita algo, de paso que vai facer compra de supermercado e carnicería e peixería, aproveita para pasar pola tenda, pero pola tarde coa hostalería pechada, non hai motivación para baixar». Así describe el panorama en Viveiro Adela Mariño, de la tienda de ropa Jonathans en pleno casco antiguo. Aunque pueden abrir en horario más reducido, «as consecuencias son iguais que se estiveramos pechados totalmente. Agora mesmo, non hai unha alma na rúa e mira que estou nun sitio céntrico. Só se ven catro pombas», remata.

Begoña García, en Viveiro
Begoña García, en Viveiro XAIME RAMALLAL

Pasamos de la Praza da Fontenova a la Praza de Lugo, donde se ubica la Papelería Carlín, con Begoña García al frente. Es mediodía y le queda poco para cerrar y esta es la cifra de la caja de la mañana: «14 euros. Es mejor 14 que cero, dice mi hijo». «Lo veo terrible. No hay gente en la calle y al no relacionarse tampoco, aquí como tengo artículos para regalar siempre que hay un cumpleaños, por ejemplo, eso se acabó. Todo influye. El comercio está abierto sobre todo para lo que se necesite de papelería o cartuchos de tinta o para las oficinas que estén abiertas y necesiten material, pero nada que ver con respecto al año pasado. Facturo un 30 por ciento menos». Aunque a las seis de la tarde ya tiene que finalizar la jornada, agradece «por salud mental» dice, abrir. «Ya hay negocios que ni abren. No sé si compensa abrir o no, pero yo en casa me vuelvo loca. Y pienso que lo que caiga de caja siempre es bueno», añade. Eso sí, los gastos siguen siendo los mismos y se trata de resistir.