Los caminos de ida y vuelta de los Albo Carreras, emigrantes de Viveiro en Cuba

martín fernández

A MARIÑA

ARCHIVO DE MARTÍN FERNÁNDEZ

Justo Luis Albo entró en el Banco Gelats, el más antiguo del país

17 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los rasgos que definen este tiempo son las migraciones. El éxodo masivo de gentes que huyen del hambre, de la guerra o de la violencia a través de inciertos caminos que los llevan hasta las frágiles fronteras de la abundancia. A veces, la consiguen, otras fracasan. En ocasiones su esfuerzo fructifica en generaciones posteriores, en otras multiplica el dolor. El camino de ida fue para muchos el de vuelta y otros nunca volvieron. La vida es caprichosa. Eduardo Mendoza decía que es un caballito de tiovivo que da vueltas y vueltas, hasta que te marea, para bajarte en el mismo sitio en que has subido. Algo de todo ello hubo en la biografía de Luis Albo Insua y de María Carreras López, dos emigrantes de Viveiro en Cuba, y de sus descendientes.

Un día, a fines del siglo XIX, Luis y María decidieron, como tantos, dejar el pasado atrás y buscar un futuro mejor al otro lado del mar, ese camino. Su tierra no era pobre, estaba empobrecida. Marcharon a La Habana y siguieron el guion previsto: ganar el porvenir sin más armas que el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, la honradez.

Bregaron duro, tuvieron un comercio, ahorraron, aprendieron a diferenciar entre lo necesario y lo superfluo. No lograron grandes éxitos ni figuran en la historia de la emigración, pero sí en la memoria -cálida, viva, tierna- de sus hijos y nietos. Y pudieron dar a su hijo Justo Luis Albo Carreras formación y, sobre todo, ejemplo.

Apoderado del Banco Gelats

El muchacho se aplicó en los estudios y en el trabajo. Y entró en el Banco Gelats, la más antigua institución financiera de Cuba con sede en la calle Aguiar 456 de La Habana. Había sido fundado en 1876 por un catalán, Narciso Gelats Durall, llegado a Cuba en 1857 como apoderado de su tío, Tomás Maig, que tenía una zapatería.

El Gelats era el principal banco del capital español residente en Cuba, incluidos la Iglesia y el propio Estado. Se especializó en adquirir empresas por remates de deudas, poseía acciones valoradas en 2,3 millones de dólares y sus préstamos a la industria azucarera suponían el 79% del total de ellos, según afirma Jiménez Soler en Las empresas de Cuba. El banco detentaba valores y acciones en las compañías nacionales de Electricidad y Teléfonos, la Nueva Fábrica de Hielo o la ferroviaria The Cuba Railroad y era tenedor de bonos del gobierno de los Estados Unidos.

Tras años de eficacia y lealtad, Justo Luis Albo fue nombrado Apoderado. Un cargo de alta responsabilidad y confianza que le autorizaba a firmar en nombre de la entidad de la que era representante directo. Su posición laboral le amplió el círculo de sus contactos.

Y un día, el hijo de los emigrantes de Viveiro que marcharan a Cuba buscando una vida mejor se enamoró de una muchacha, Pilar Herrera Vaillant, miembro de la alta burguesía cubana, y se casó con ella.

El nieto se radicó en Madrid donde fue delegado de la multinacional Bostitch S.A. y fundó Grayma

Jesús Jorge Albo Herrera se estableció en Madrid como consejero delegado de la Bostitch Española SA, una multinacional americana ubicada en Torrejón de Ardoz. Su fábrica y almacén ocupaba a 145 empleados y se dedicaba a la importación y distribución en exclusiva de productos de marcas de tanta calidad y prestigio como Stanley-Bostitch (USA), Max Co (Japón) y Sierras Neumáticas Cengar (Gran Bretaña).

Cuando la empresa cerró en 1982, Jesús Albo Herrera fundó Grapas y Máquinas SA (Grayma), con sede en Madrid y delegación en Valladolid, que se quedó con la exclusiva de Bostitch y Max para España. Distribuye todo tipo de grapadoras y clavadoras para industria y construcción y tiene como producto estrella las atadoras de ferralla de la marca Max que la llevaron a ser la empresa número uno del mundo en la venta de ese producto. Su amplio catálogo ?compresores, cortadoras, sierras, embalajes, útiles eléctricos, anilladoras- cubre todo el sector: maquinaria para industria, embalajes, construcción, muebles, tapicería, etc.

Jesús Albo Herrera se casó en La Habana en 1962 con Cira Ruiz de Bustamante y Villar con la que tuvo un hijo, el ingeniero Jesús Ramón Albo Ruiz de Bustamante, que nació en La Habana en 1964, se casó en Madrid en 1997 con la cacereña Olga Moreno y tiene dos hijas de 22 y 19 años. Desde Las Rozas, dirige una importante empresa de distribución de electrónica de consumo.

Con el regreso a España del nieto y del bisnieto de los emigrantes de Viveiro Luis Albo y María Carreras se cierra un ciclo. El caballito de tiovivo los bajó en el mismo sitio ?pero no a la misma hora- en que un lejano día había subido a sus abuelos...

La familia de su mujer y la aristocracia azucarera cubana

Pilar Emiliana Herrera Vaillant nació en Santiago de Cuba en 1895 y murió en La Habana en 1960. Era seis años mayor que Justo Luis Albo Carreras, que vino al mundo en la capital cubana en 1901 y falleció en la misma ciudad en 1979.

Pilar era una de los once hijos de Antonio Norberto Herrera del Castillo, miembro de una poderosa familia santiaguera con intereses en el azúcar que descendía de Richard Maxwel Bell ?rebautizado por los cubanos Ricardo María Bell- un emigrante escocés que, a principios del XIX, era el hombre más rico del Oriente cubano con pingües negocios agrícolas y azucareros e inversiones en el sistema financiero y ferroviario de los nacientes Estados Unidos de América.

Más miembros de la saga

Un miembro de esta saga, Antonio Herrera-Vaillant y Buxó-Canel -actual presidente del Instituto Venezolano de Genealogía y primer extranjero que fue honrado con una Medalla de Oro de la Real Academia de la Historia de España- elaboró un riguroso estudio, del que fueron extraídas estas notas, sobre la numerosa descendencia, dispersa por el mundo, del rico escocés.

La publicación destaca, entre otras cosas, algunos de los hermanos de Pilar Herrera Vaillant. Entre ellos, Antonio, economista, administrador del periódico El Heraldo de Cuba, consultor de los almacenes El Encanto, vicepresidente del Banco Godoy Sayán -que incluía firmas como Seguros La Metropolitana, La Alianza y Panamericana de Seguros- y tesorero de la Asociación de Industriales de Cuba; Caridad, que fue una famosa cantante de ópera; y Jorge Julián Herrera Vaillant, ingeniero en Ciencias Eléctricas que ostentó altos cargos directivos en la Comisión Federal de Comunicaciones de EEUU.

Tras la llegada del castrismo al poder, la mayoría de los Herrera Vaillant tomaron el camino del exilio en Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico y España, o se radicaron fuera de la isla. Así sucedió con el único hijo de Pilar Herrera y Luis Albo Carreras, Jesús Jorge Albo Herrera, que nació en La Habana en 1938 y se asentó en Madrid.